Es Él

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Perspectiva de Jisung

Cuando llegué al departamento, Félix estaba en el sofá viendo algo en su tablet. Apenas cerré la puerta, levantó la mirada y me sonrió con esa expresión traviesa que siempre significaba problemas para mí.

"¡Mira quién llegó!" exclamó, poniéndose de pie con una energía que ya me hacía querer retroceder.

"Hola, Félix," dije con una sonrisa forzada, mientras intentaba escabullirme hacia mi habitación.

"Ni lo pienses," dijo, bloqueándome el paso. "Quiero detalles, Jisung. ¿Qué pasó anoche? ¿Qué hiciste con Minho? ¿Se besaron otra vez? ¿Te dijo algo romántico?"

"Félix…" comencé, pero no me dejó terminar.

"¡No me digas que solo jugaron videojuegos! Porque eso es aburrido," continuó, siguiéndome mientras intentaba ignorarlo. "¡Vamos, Jisung! Sé que pasó algo. Lo siento en el aire."

Me detuve frente a mi puerta, dándome la vuelta para mirarlo. Su sonrisa era tan amplia que no pude evitar reírme un poco, a pesar de lo insistente que estaba siendo.

"¿Por qué te importa tanto?" pregunté, cruzándome de brazos.

"Porque quiero verte feliz," respondió sin dudar. "Y, bueno, también porque soy un chismoso."

Félix estaba tan cerca, tan Félix, que por un momento me quedé mirándolo, intentando procesar todo lo que sentía. Durante tanto tiempo, había pensado que esto era lo que quería: estar con él, tener su atención, ser el centro de su mundo. Pero ahora, después de lo que había vivido con Minho, me di cuenta de que eso ya no era verdad.

Impulsado por esa claridad, me incliné hacia adelante y lo besé.

Félix se quedó quieto al principio, sorprendido, pero luego respondió al beso. Fue suave, dulce… pero no despertó nada en mí. Nada comparable a lo que había sentido cuando Minho me besó.

Me aparté lentamente, observando cómo Félix parpadeaba, claramente confundido.

"Jisung…" comenzó, pero levanté una mano para detenerlo.

"Te quiero, Félix," dije, con toda la sinceridad del mundo. "Eres mi mejor amigo, y siempre lo serás. Pero ahora sé que no estoy enamorado de ti."

Él me miró por un momento, sus ojos llenos de comprensión antes de que una sonrisa suave apareciera en su rostro. "Sabía que esto iba a pasar tarde o temprano," dijo finalmente.

"¿Qué?" pregunté, sorprendido.

"Que te darías cuenta de que mereces algo más. Alguien que te mire como Minho te mira," respondió, dándome un abrazo que me tomó por sorpresa.

Me quedé quieto por un momento antes de devolverle el abrazo. Félix siempre había sido mi apoyo, incluso cuando no entendía del todo lo que estaba pasando conmigo.

"Estoy feliz por ustedes," dijo mientras se apartaba, con esa sonrisa brillante que siempre me hacía sentir en casa. "Minho es un buen tipo. Y tú, Jisung, te mereces ser feliz."

"Gracias, Félix," murmuré, sintiéndome más ligero que nunca.

Esa noche, mientras me acomodaba en mi cama, me di cuenta de que algo había cambiado. Félix ya no era mi anhelo imposible. Ahora, lo único que ocupaba mi mente era Minho y la posibilidad de lo que podríamos ser juntos.

La mañana siguiente fue diferente. Me levanté con una claridad que no había tenido en mucho tiempo. Ya no estaba atrapado en mis sentimientos por Félix, ni confundido por lo que sentía. Ahora solo tenía una idea en mente: ver a Minho.

Un mundo para los dos (Minsung) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora