Capítulo 1

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El único sonido que se escuchaba en la cantina era la gota del fregadero y el tic tac del reloj de la pared, detrás de la barra estaba vander, lavando los trastes de el dia, el bar ya estaba cerrado y adentro solo estaba silco escribiendo en su libreta mientras comía unas gachas previamente preparadas por vander.

Entonces la puerta se abrió y entré yo, era más joven que ellos dos, caminé pesadamente y me senté en la barra con un largo suspiro mientras recargaba mi cabeza en la barra, Vander levantó una ceja, silco ni se inmuto.

- ¿Qué pasa, Has tenido un día pesado?- preguntó mientras secaba unos vasos y los colocaba en el estante.

- La verdad es que si, mis jefes me pidieron un doble turno... ¿dónde está Felicia? - pregunté por la mujer que estaba casi siempre en el bar.

Felicia era chica guapa, piel como la leche y un hermoso cabello violeta, realmente era mil veces mas bonita que yo pero esperaba que no lo notaran, también era más grande y madura, al parecer vander y silco veían eso muy atractivo, por lo que siempre que ella estaba en el bar yo quedaba eclipsada por ella.

- Está fuera con unos tipos... No creo que venga hoy. - exclamó Silco mientras terminaba sus anotaciones, aun sin verme a los ojos, tenía que admitir que silco siempre hacía que mi corazón latiera más fuerte, pero trataba de no llamar a ese sentimiento "amor", si lo hacía estaría condenada, y a juzgar de cómo sus ojos se iluminaban al hablar con Felicia, yo no era la causante de su felicidad.

La campana de la puerta sonó indicando la llegada de alguien al bar, las miradas se posaron en la puerta donde Felicia entró, con su carismática belleza y saludo a los cuatro mientras se sentaba a mi lado y me daba unas palmadas en el hombro.

- Vaya, Vaya, pensamos que no ibas a venir hoy... - Vander se recargó en la barra sonriendo amenamente, yo también sonreí. Rápidamente Vander sirvió con agilidad un vaso de licor para ella, ¿porque no me había servido uno a mi? Probablemente no quería que bebiera alcohol...

- Gracias, Salí con un amigo, la luna hoy se veía muy grande, deberíamos ir a verla.- en cuanto la idea se asentó en su cabeza se paró y puso sus manos en la mesa, jovial- si salimos ahora de seguro la encontramos en su punto más alto.

Silco smirked, y vander dejo salir una pequeña risa, yo no podía salir, después de trabajar doce horas me sentía agotada pero tampoco quería quedarme atrás así que simplemente mire a mis dos amigos esperando que uno de ellos se negara o que lo pospusiera para mañana.

- ¿Por qué no? La noche es joven y además estaba cansado de estar tantas horas en el bar - dijo vander mientras se ponía su chaqueta.

- Vamos , al parecer siempre tenemos que sucumbir a tus caprichos - Silco rodeó sus ojos de una manera burlona, eran pocas las veces que lo veía sonreír de esa manera.

- ¡Pues ya está dicho! - Felicia se levantó. - ¿Tú también vienes Ophel?

Levanté mi cabeza despertada de mis pensamientos, todos me estaban mirando, mi cabeza me dolía y me sentía algo mareada, tal vez debido a la desnutrición, sacudí mi cabeza.

- Trabajé casi doce horas... me siento muy cansada pero vayan ustedes, yo me quedo cuidando el bar - sonreí tratando de no darle mucha importancia.

- ¿Doce horas? Tus jefes si que te están explotando. - Felice se acercó preocupada.- ¿Te pagarón horas extra?.

- Ahora que lo pienso, nunca nos has dicho donde trabajas. - interrumpió Silco escéptico. Retrocedí, la verdad era que trabajaba para una familia acomodada de Piltover lavando trastes y haciendo el aseo, ellos ganaban mano de obra barata y yo un empleo que me daba un poco más de lo necesario para vivir, a pesar que usaba la mayoría de mi dinero en pagar renta y comprar comida.

-Es increíble lo que Piltover puede pagar por un poco de trabajo, ¿verdad, Ophelia? Quiero decir, ¿quién pensaría que alguien como tú trabajaría para los Kiramman? - exclamó Felice amablemente como si nada mientras se ataba el cabello.

Mis ojos se agrandaron, Vander y silco me voltearon a ver, ¿ofendidos? Sacudí mi cabeza mientras retrocedía.

-N-no no es eso - traté de hablar pero Vander me interrumpió.

-¿Es cierto, Ophelia? ¿Estás trabajando para los Kiramman? ¿Para Piltover? ¿Por eso siempre te ven cruzando el puente?- dijo en un tono grave frunciendo el ceño.

-No es algo permanente. Solo... es un trabajo. Necesitaba comida, recursos, y pensé que sería una manera de conseguirlo, lo lamento en serio.- retrocedí.

-¿Y pensaste que trabajar para nuestros opresores era una buena idea? ¿Qué sigue, Ophelia? ¿Entregarles información sobre nosotros?. - dijo silco fríamente. Mientras se acercaba Felicia se interpuso entre los dos, los ojos de silco se suavizaron levemente.

-Chicos, no era mi intención... No pensé que esto fuera tan grave. Ophelia solo estaba tratando de ayudar, también ha dado dinero cuando el bar lo necesita.- Felice interrumpió arrepentida.

-¿Qué estabas pensando, Ophelia? Piltover no nos ve como iguales. Somos solo herramientas para ellos. ¿Y tú les das el control sobre ti? - La mirada de vander era una mezcla de decepción y enojo. Las cosas habían escalado muy rápido.

- Lo siento, sólo quería hacer algo útil, necesitamos dinero y pensé que tal vez podría ayudar pero... - Silco me interrumpió con una voz fría.

-¿Útil? Si realmente fueras útil, no estaríamos teniendo esta conversación. Todo lo que has hecho es demostrarles que pueden ponernos una correa al cuello, y tú serás la primera en llevarla.- sus palabras se sintieron como un puñetazo y empecé a ver borroso, o tal vez era solamente la anemia, Vander volteo a ver a silco y exclamó;

-¡Eso es suficiente! No todos tienen que ser como tú, Silco. No todos necesitamos destruir para sobrevivir. - mis ojos se abrieron ante las palabras de vander. ¿En que momento la pelea paso de mi, a todos?.

-Ah, claro. El eterno protector. Siempre dispuesto a perdonar, incluso cuando es un error evidente. ¿O es que Felicia ya te convenció de ser más blando?- exclamó Silco con una risa amarga.

-¡Oye, déjame fuera de esto!- gritó felica.

-¡Basta por favor enserio lo siento, no pensé que sería para tanto pero ya no se peleen. - dije jalando el brazo de vander.

-¿Sabes qué es lo que realmente me molesta, Ophelia? Que tienes el valor de mirarme a los ojos y decirme que haces lo correcto, cuando lo único que haces es arrastrar a todos los que te rodean al fracaso. No eres importante, no eres valiosa. Y no hay nada más patético que alguien que se niega a ver lo que realmente es. - interrumpió silco con una voz fria y mirada cruel.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, todos se quedaron estupefactos, miré hacía abajo mientras tomaba mi abrigo.

- Tal vez no debí estar con ustedes, no pertenezco aquí, lo siento. - y sin decir más, salí de The last drop.

No podía creer lo que había pasado, ¿acaso yo era tan dispensable? Caminé por las calles de la ciudad subterránea, las luces neón de los letreros delataban su vida nocturna, me subí en un elevador viejo y oxidado hacia la parte externa de la ciudad donde rentaba mi departamento, no era el mas grande, solo contaba con un baño y una cama, al estar tan alejado Vander solía dejar que me quedara en The last drop, pero creo que no será posible hoy.

El aire gélido me golpeó la cara mientras caminaba, caminé al lado del río un buen rato, después de unos momentos el mareo volvió a mi cabeza, traté de ignorarlo mientras seguía caminando, sin darme cuenta un líquido azul eléctrico cayó desde el puente que estaba arriba de mí, sentí un choque de energía y me derrumbe al suelo. ¿Qué mierda?

Mi vista se nubló y perdí el conocimiento.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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