Capitulo {1}

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Mi nombre es Iris Astrid y soy general del ejército más grande del Reino Kvenland. He luchado las peores batallas, las cuales parecían imposibles de ganar. Si embargo mi ejército y yo hemos podido obtener la victoria en cada una de ellas.

Hoy, como de costumbre me encuentro en mi entrenamiento rutinario. —Señorita Iris, el Rey solicita su presencia en la sala del trono— informa uno de mis soldados.

Tengo un mal presentimiento, sin más me marcho. Al llegar veo al rey a las puertas del gran palacio; esperándome. Intrigada me preguntó el porque de tan extraño acontecimiento.

Es su majestad el primero en ingresar, siguiendo yo sus pasos y detrás de mi, Jacob Grey; mi mejor amigo. Ya adentro el rey toma asiento en su trono, Jacob se posiciona de pie a su costado mientras que yo sigo parada frente a ambos.

—Iris Astrid he ordenado tu presencia ante mi, para hacerte una propuesta–exclama su alteza con su característica voz impotente.,

—Si, su alteza— digo haciendo una reverencia ante él— -sus deseos son órdenes - culminó retomando mi postura. —Mi mayor deseo eres tu Iris Astrid, quiero que seas mi espoda– pide firmemente.

Sorprendida llevo la mirada hasta mi mejor amigo, a quien he amado en silencio. Permanece allí de pie junto am trono estático, dejando en evidencia con su semblante el dolor que aquellas palabras han causado. Pues igualmente el me ha amado en secreto durante muchos años. Nos hemos gustado desde pequeños, sin embargo nuestras familias se han opuesto. Acostumbrados a querernos en silencio; ocultos, aceptando por completo nuestro destino m. Creciendo a ls par viendo como la vida se encarga de llevarnos por rumbos opuestos. Mostrándonos como claramente no podríamos estar juntos jamás. Ya que ahora yo soy General y Jacob Súbdito, siendo la guerra y el campo de batalla nuestra única conexión. Primero fueron nuestros padres, luego nuestros cargos y ahora él rey quiere contraer matrimonio conmigo.

«¿Cuál fue el momento en el cuál comenzó a tener sentimientos por mi? Desconocía por completo sus deseos, no sabía que una persona fría y cruel como él podría estar sintiendo algo hacia mi, me resulta increíble. Pero mi corazón solo le pertenece a un hombre; Jacob. Impaciente espera mi respuesta, ya que me mantuve en silencio habla nuevamente.

—Lamento tener que rechazar su propuesta su majestad—me disculpo nuevamente en una reverencia– mi corazón no puede amar a dos– aclaro avergonzada.

—¡Yo, Rey Kaelin Darkfire de Kvenland! ¿te ha ordenado y haz contra decido?—exclama con su temible voz en furia.
Ha perdido la cordura si piensa que obligara a mi corazón a amarle.
Sin poder disimular mi enojo, doy la vuelta dándole la espalda para salir corriendo sin decir una sola palabra.

Las pulsaciones de mi pecho revelan el temor que tengo, por el simple hecho de no saber cómo reaccionará el Rey Darkfire, pensar en eso me aterra, yo sigo corriendo. Cuando ya estoy bastante lejos del palacio bajo la velocidad con la que corría. Respiro profundamente; tomo aliento pero de repente escucho los pasos de una persona detrás de mi. Con cautela tomo mi afilada espada escondiendome detrás de un muro que hay cerca. Se acerca lentamente, mido la altura de su cuello y con agilidad freno su camino con mi espada colocándola a centímetros de su piel.

—Espera Iris tranquila. Soy yo, Jacob— dice desprevenido, suspiro aliviada de que haya sido él y no algún guardia real.

De pronto Jacob dice—Lamento haberte asustado Iris. Venia siguiéndote para asegurarme de que estuvieras bien—admite en un tono de preocupación.

Al oír su dicción me invaden las ganas de poner mis labios sobre los suyos, pero sus siguientes palabras desvanecen la idea de inmediato —Cásate—exige sin explicación alguna.

—¿Que dices?—
Pregunto confundida. —No sabes de lo que es capaz, solo cásate—pide nuevamente con una expresión seria. Estoy harta de guardarlo todo y que nunca se de el momento adecuado para decir las cosas.

—Estoy cansada de seguir con esta toda esta farsa—me le acerco al punto que lo acorralo contra el muro que están detrás de él.
Cara a cara, muy cerca—como es que tienes el descaro de pedirme que me case con él sabiendo que nuestros sentimientos no se han ido, como prometiste—entre dientes le reclamo sin poder evitar que por mis mejillas se deslicen lágrimas de impotencia. Cierro mis ojos con la intensión de no dejar caer ninguna lágrima, pero sus manos en mi rostro me hacen abrirlos nuevamente. Sus labios me roban un beso apasionado y medianamente largo, siendo este nuestro primer beso en estos largos años. Se aparta como si hubiera recordado su puesto disculpándose reiteradas veces, se marcha dejándome sola con mi gran confusión.

Sin entender lo que acaba de suceder vuelvo a mis deberes en el reino recibiendo la mirada y el murmullo de los aldeanos. «¿Ya tan pronto se han enterado de la noticia» pienso.

Antes de poder adentrarme en mi tienda soy tomada del brazo, volteo y es él de nuevo. —Darkfire ha enviado a sus guardias para matarnos, ya se ha enterado de quien estás enamorada—afirma jalandome de la mano para salir huyendo por los callejones del pueblo.

Velozmente son el golpeteo de nuestros zapatos en el concreto, el único ruido que se podía oír. Hasta que se nos une el relinchar de los caballos y sobre ellos soldados armados con flechas.

—Hay que darnos prisa—digo sin temor alguno ante la situación. Continuamos corriendo oyendo detrás de nosotros los gritos diciendo mi nombre y sintiendo sus pisadas sobre nuestros talones.

De un momento a otro no quedó más opción que separarnos, llendo él por la izquierda y yo por la derecha.
El callejón me llevo de camino al bosque, sin detenerme sigo corriendo con la brisa acariciando mi cabello, el crujir de mis pisadas sobre las ramas caídas de los viejos y retorcidos árboles.

Perdiendo el rastro de los guardias, miro hacia atrás sin darme cuenta que a tan solo unos pasos más adelante de mi se encontraba un hoyo cubierto hojas y ramas, el cual caigo sin saber su ubicación para esquivarlo, quedando atrapada he inconsciente por el golpe en mi frente.

Ya caída la noche despierto, hago un leve movimiento pero todas las partes de mi cuerpo duelen, entonces levanto mi cabeza observando un corte en mi pierna, el causante de mi gran dolor. En silencio puedo oír unas personas acercarse, elevó mi vista hacia arriba, en dónde se encontraba la entrada del hoyo. «Ruego no ser hallada».

—No está su alteza, se ha escapado–habla uno de los guerreros, y por lo que pude oír se encontraba el rey junto a ellos.

Me arrastro hasta la pared rocosa con el intento de ocultar cada parte de mi cuerpo en la profunda oscuridad para no ser encontrada, el gran dolor en mi pierna causa un pensamiento inesperado y desesperado. «¿En dónde te encuentras Jacob?». Digo con lágrimas que se deslizan por mis mejillas.

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(Mensaje de la autora)

Hola a todos, les quiero informar que he anulado los demás capitulos publicados debido a que tengo que corregirlos. Me llevarán su tiempo pero Sena pacientes por favor, y no dejen de seguirme porque pronto estarán los nuevos y mejorados capitulos. 💖💖💖💖 Nos vemos en el siguiente capitulo 💜💜💜💜

La Flecha Del DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora