Capítulo 1

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El café ya estaba frío cuando Joohyun, distraída con su teléfono, levantó la vista hacia el televisor que transmitía las noticias locales. Las imágenes de dos jóvenes desaparecidos en las montañas llenaban la pantalla. Las palabras del reportero, cargadas de dramatismo, alcanzaron a colarse en sus pensamientos: "El único rastro encontrado fue un automóvil abandonado, con una llanta atrapada en alambres de púas."

Frunció el ceño, pero pronto desvió la mirada. "No es asunto mío," pensó, dejando unos billetes sobre la mesa antes de salir al sol abrasador de mediodía rumbo a su automóvil. Su siguiente destino era la casa de sus padres. Una visita que había estado postergando por meses, pero que finalmente decidió hacer.

Mientras conducía, decidió llamar a su madre.

—Hola, mamá. Ya estoy en camino —dijo mientras mantenía una mano en el volante.

La conversación transcurrió con relativa calma hasta que surgió el tema de Suho, su exnovio. Joohyun suspiró, ya sabía a dónde iba aquello.

—Mamá, por favor. Él me fue infiel. No hay forma de que volvamos.

El tono de la conversación se volvió incómodo, y Joohyun optó por terminar la llamada con una excusa.

Unos kilómetros más adelante, notó un embotellamiento. Autos detenidos y luces de emergencia bloqueaban el camino. Bajó la ventana y le preguntó al hombre del auto al lado del suyo qué ocurría.

—Un choque —respondió el sujeto, encogiéndose de hombros—. Al parecer un tráiler embistió a dos autos que iban enfrente de el. Te sugiero que te pongas cómoda porque esto parece que va para largo.

Joohyun agradeció y, resignada, se acomodó nuevamente en el asiento de su auto. Miro por el retrovisor y al ver que nadie estaba detrás de ella decidió dar marcha atrás. No planeaba quedarse horas esperando.

Fue entonces cuando, después de varios kilómetros, apareció una vieja gasolinera al costado de la carretera.

La gasolinera parecía sacada de una película de terror. Los surtidores estaban oxidados, la pintura de la tienda de conveniencia se descascaraba, y no había ni un alma a la vista. Joohyun estacionó el auto con cautela y entró, buscando algún mapa o indicaciones.

Empujó la puerta de la tienda, que chirrió al abrirse. Dentro, el ambiente era pesado, con un olor a humedad y polvo acumulado. Los estantes estaban semivacíos, y varias moscas zumbaban cerca del mostrador.

—Hola, ¿hay alguien aquí?

Detrás del mostrador emergió una anciana, su mirada fija y profunda. Llevaba un vestido decolorado y un pañuelo que cubría su cabello canoso.

—¿En qué puedo ayudarte, niña?

Joohyun tragó saliva. Algo en la presencia de la mujer la ponía incómoda.

—Estoy buscando una ruta alternativa. Hay un accidente más adelante y necesito llegar a la autopista principal.

La anciana ladeó la cabeza, pensativa.

—No hay muchas rutas por aquí, cariño.

Joohyun miraba en todas las direcciones pues la mirada de la anciana la estaba incomodando a un nivel extremo. Fue ahí cuando un mapa viejo en la pared le llamo la atención, se acercó, examinándolo con cuidado.

—¿Qué hay de esta carretera? —Señaló una línea delgada en el papel amarillento.

La anciana asintió, pero luego murmuró:

—Hace años que no pasó por ahí.

—¿Está cerrada?

—No lo sé.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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