「Último beso」(Isagi x Bachira) [Blue Lock] ⚠️

Último beso

╰ 𝐀𝐜𝐥𝐚𝐫𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬:

▸ Angst

▸Temas fuertes (suicidio)

▸ Finalizado.

Último beso

Detestaba la lluvia, siempre me ocasionaba una incomodidad indescriptible al escuchar las miles de gotas caer mezclándose con el sonido de algunos relámpagos causándome escalofríos. Sin embargo, este día estaban distrayéndome de la realidad que tenía en frente.

El silencio en la casa era ensordecedor. Me detuve en el umbral, al tocar el marco de la puerta mi mano tembló ligeramente. El aroma dulce de las flores fúnebres se mezclaba con el olor familiar del hogar de Bachira, creando una atmósfera irreal.

Mis ojos recorrieron la sala, deteniéndose en los rostros afligidos de los pocos presentes. La madre de Bachira sollozaba silenciosamente en un rincón, rodeada por mis padres que intentaban consolarla.

Avancé con pasos vacilantes. No podía procesar la realidad. No podía creer esto estaba ocurriendo ¿Cómo era posible que Bachira ya no estuviera? Hace apenas dos días nos habíamos visto, nos habíamos besado, el recuerdo me golpea como una ola y mi corazón se contrae dolorosamente. La calidez de ese momento contrastaba cruelmente con la frialdad del presente.

Me detuve frente al altar. Una foto de Bachira sonriendo me miraba desde un marco de plata. Extiendo mi mano, casi esperando sentir la textura de su mejilla, pero mis dedos solo encuentran el frío cristal.

—¿Por qué? —susurró con la voz quebrándose involuntariamente.

Porque no lo entiendo, no puedo asimilarlo. No quiero si quiera caer en la realidad. Ésto parece un mal sueño, uno del cual quiero despertar.

Permanezco inmóvil frente al altar. El murmullo apagado de las conversaciones a mi alrededor parecía provenir de otro mundo. De repente, siento la necesidad de escapar, de buscar algo que le diera sentido a todo esto.

Siento la necesidad de salir corriendo, pero mis piernas se sienten entumecidas; y sin querer, camino a paso lento hacia las escaleras. El murmullo de las personas por fin cesa una vez estoy en el segundo piso.

Las paredes blancas ya no transmiten luz y el piso de madera no es tan acogedor como otros días. Con usa extraña sensación avanzo hasta la habitación de Bachira. La puerta estaba entreabierta, como si me invitara a entrar. Yo dudó un momento antes de empujar suavemente.

La habitación era un testimonio congelado en el tiempo. La cama estaba desarreglada, con las sábanas revueltas como si Bachira acabara de levantarse. En el escritorio, cuadernos abiertos y lápices esparcidos hablaban de tareas inconclusas. Un balón de fútbol descansaba en una esquina, esperando ser pateado una vez más.

Ver cómo todo está en su lugar, la familiaridad que ahora resulta incómoda, me hace cuestionar otra vez de la realidad.

Me siento en la cama, abrumado. El aroma de Bachira aún puede sentirse en las sábanas. No puedo evitar recostarme y acurrucar mi rostro en la almohada, sintiendo vagamente aquel olor a miel de su shampoo.

Cierro los ojos y de golpe los recuerdos vuelven. La extraña sensación al despertar, la llamada minutos después y la voz quebrada de la madre de Bachira.

Todo siendo tan fugaz e inimaginable que no recordaba el lapso en el que ya se encontraba fuera de la casa de Bachira junto a varios policías.

"Baño", "Sobredosis", fue lo único que pude escuchar.