Aunque Bradley sentía que vivía en las nubes, sabía que tarde o temprano debía bajar.
La realidad siempre tenía una forma cruel de alcanzarlo, arrastrándolo de vuelta a ese mundo donde todo era más complicado, más triste.
──────
Su cuerpo estaba en clase de economía, frente al profesor que recitaba alguna teoría, pero su mente estaba en otro lado, muy lejos.
Estaba enredada en pensamientos que giraban alrededor de él. De Max.
Intentó enfocarse en la voz del profesor, pero era inútil. Solo pensaba en la imagen de Max, sonriendo, con esa expresión despreocupada que siempre lograba desconcertarlo y tranquilizarlo al mismo tiempo.
Sin pensarlo, Bradley tomó su lápiz y empezó a dibujar sobre el margen de sus apuntes.
Primero unas líneas vagas, casi inconscientes. Pero poco a poco, esas líneas comenzaron a tomar forma.
Los ojos negros de Max, su sonrisa torcida, el cabello desordenado y desalineado que caía sobre su frente.
Al terminar, miró el dibujo y sonrió. Max era... Todo.
Max era caos y calma. Era libertad.
Nunca pensó que alguien pudiera ocupar tanto espacio en su mente, en su vida, pero Max lo había hecho sin siquiera intentarlo, sin siquiera planearlo.
──────
Bradley suspiró, cerrando los ojos por un momento. Tenía que volver a la realidad, lo sabía. Pero ¿Cómo podía hacerlo, cuando esa realidad parecía tan vacía en comparación con lo que sentía cuando estaba con él?
Extrañaba sus besos sobre su piel, esa forma única en que sus labios parecían recorrerlo con calma, con paciencia, como si cada beso fuera especial; para él.
Extrañaba el calor que le dejaban, esa hermosa sensación de calidez que se sentía tan poderosa, tan viva.
Y luego estaban esas palabras...
Bradley sabía que probablemente no habían sido dichas solo para él, que otras mujeres antes pudieron haber escuchado las mismas frases y haber sido víctimas de las mismas caricias pero eso no importaba.
No le importaba.
Porque en el momento en que Max las pronunciaba, se sentían reales, como si fueran creadas en ese instante, solo para él.
"Hermoso."
"Precioso."
"Bello."
"Lindo."
Se repetían en su cabeza durante el día, y por la noche regresaban, invadiendo hasta sus sueños...
Cada vez que las recordaba, sentía su cuerpo estremecerse, como si todavía pudiera sentir el roce de los labios de Max en su piel, el calor de su aliento susurrando cerca de su oído, la calidez de sus manos...
Su corazón latió más rápido, y un cosquilleo sutil se apoderaba de sus labios...
Era extraño.
Nunca había pensado que las palabras pudieran tener tanto poder, que el amor tenía tanto poder, que algo tan intangible como un susurro pudiera quedarse atrapado en su interior...
Pero allí estaba.

ESTÁS LEYENDO
L I B E R T A D.
Roman d'amourBradley era la promesa de un futuro perfecto; Max, la promesa del caos. Historia Maxley.