-, 💗 For you. ｡⁠*꒱ゞ [ Ni-ki, Heeseung ff ]

Capítulo 4: Sentimientos

「 Kazuha 」

[Al siguiente día]

Me levanté como siempre y me alisté para un día más de universidad.

[En la universidad]

Llegué a la universidad y Danielle no se encontraba, así que decidí ir a mi salón. Al llegar me encontré a Ni-ki durmiendo en su asiento.

Me senté tratando de no hacer ruido, no quería despertarlo. Me senté y empezé a leer un libro.

Después de unos minutos escuché una voz ronca.

- ¿Que lees? - preguntó Ni-ki con voz ronca y se notaba que tenía sueño.

- Una novela, nada interesante. - dije cerrando el libro.

- Déjame ver. - dijo tomando mi libro y lo abrió.

- ¡Ni-ki! - dije riendo.

- Se mira interesante, ¿Puedo llevármelo? Quiero leerlo. - dijo batiendo sus pestañas.

- Está bien, pero me lo regresas. - dije mirándolo.

- Muchas gracias. - sonrió.

Fue muy amable, en nada como pensé que era, tal vez ese día estaba pasando por un mal momento.

Ni-ki guardó el libro en su mochila y salió de el salón.

Un poco después llegó Sunoo y me saludó. Le correspondí el saludo y me dirigí hacía él.

- ¿Cómo estás zuha? - preguntó Sunoo.

- Bien, gracias. ¿Y tú? - sonreí.

- Bien, me alegra. ¿Y eso qué estás tan temprano aquí? - me miró.

- No encontraba a Danielle.

- ¿Danielle, es tú amiga? - se sentó en su lugar y yo me senté a su lado.

- Sí, es mi mejor amiga.

- Oh, me gustaría conocerla. - dijo Sunoo sacando algunos cuadernos.

- Ella te quiere conocer a tí. - dije mirándolo.

- ¿Ah si?

- Sí.

- Bueno, ¿Entonces por qué no me la presentas? - preguntó riendo.

- Estoy segura de que te agradará.

[En clase]

- Oye, Kazuha. - dijo Ni-ki susurrando.

- ¿Que pasa? - pregunté en un tono bajo.

- ¿Tienes una pluma extra? - preguntó.

- Sí, espera y la bus-

- Kazuha y Riki. Salgan de la clase.

- ¿Qué? - pregunté asustada.

- Como ya me oyeron, salgan, ambos. - gritó.

- Pero-

- Sin peros señorita, ¡Largo!

Salí del salón junto a Ni-ki y el profesor cerró la puerta rudamente.

- Todo esto es tu culpa. - le dije a Ni-ki.

- ¿Cómo iba a saber que ese viejo nos iba a sacar solo por pedirte una pluma? - me miró.

- No lo sé, pero es tu culpa. - dije angustiada.

- Como tú digas. - dijo y empezó a caminar.

- ¿A dónde vas? - pregunté siguiéndolo.