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Los besos son palabras que no necesitan lengua para ser entendidas, pero sí piel para ser sentidas.

Los besos son palabras que no necesitan lengua para ser entendidas, pero sí piel para ser sentidas

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Max

Espiar no era algo que hubiera planeado, no del todo.

Claro que iba a dejarlos solos, como Roxy me había pedido, pero la última mirada que tuve de Bradley me dejó una espina clavada en el pecho.

Había algo en su expresión, que me provocaba una ansiedad que no lograba descifrar, y esa maldita intriga empezó a carcomerme.

Apenas salí de la biblioteca, me encontré a mí mismo dando media vuelta y volviendo a entrar, esta vez con pasos sigilosos. No quería que ninguno de los dos me notara.

Me deslicé hacia uno de los estantes cercanos a la mesa donde estaban sentados.

Desde ahí, me agaché y me acomodé tras la estantería, asegurándome de que quedara fuera de su campo de visión.

El corazón me latía con fuerza, y una parte de mí no podía evitar preguntarse qué demonios estaba haciendo. Pero empecé a oír su conversación.

—¿Ayer te fuiste temprano de la fiesta? —preguntó Roxanne, su voz suave pero cargada de intención.

El comentario me tensó de inmediato, y aunque no podía verla completamente, sentí cómo Bradley también se removía en su asiento, incómodo.

—Sí... algo así —respondió él, pero su tono era vacilante, como si quisiera cerrar el tema antes de que empezara.

—Yo quería hablar de algo contigo.

Mi corazón comenzó a latir más rápido. Ya sabia lo que venia

—Rox, creo que...

Un timbre interrumpió la frase de Bradley, un sonido repentino que me hizo saltar ligeramente. Roxanne también se sobresaltó, su mano moviéndose hacia el celular en la mesa.

—Lo siento, Brad, yo...

—Contesta —dijo él, con una calma inexplicablemente extraña, casi distante, mientras inclinaba la cabeza hacia la ventana cercana.

Roxanne dudó un segundo antes de asentir suavemente.

—Bien —murmuró, su tono apenas audible, lleno de decepción mientras se levantaba con el teléfono en mano.

Desde mi escondite, no pude evitar moverme un poco más para tener una mejor vista.

Ahora tenía un ángulo claro: Roxanne hablaba en voz baja mientras se alejaba un poco, y Bradley...

Él no hacía nada.

Simplemente miraba por la ventana, como si la conversación anterior ya no importara, como si hubiera puesto una barrera invisible entre ambos. Su expresión era indescifrable, pero había algo en su postura que me inquietaba.

𝐁𝐚𝐝 𝐈𝐝𝐞𝐚 // 𝘔𝘢𝘹 & 𝘉𝘳𝘢𝘥𝘭𝘦𝘺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora