La Gran Catástrofe fue un evento que cambió todo. Una colosal explosión desencadenó una transformación radical en el mundo; las leyes y normas que regían lo que conocemos como la Antigua Era fueron borradas, dando paso a un nuevo conjunto de reglas. Estas nuevas directrices gobiernan lo que ahora llamamos la Nueva Era.
La energía primordial que había regido aquella época se dividió en dos nuevas energías conocidas como mugen. El Mugen es una energía espiritual que los seres humanos y demi-humanos de este mundo pueden manipular; una energía mística que surge del poder espiritual inherente de cada ser. Sin embargo, esta energía oculta un oscuro secreto.
El mugen antiguo, también llamado mugen demoníaco, controlaba el poder de la naturaleza y manifestaba el alma de manera brutal. Durante la Prehistoria, los seres inteligentes vivían en constante alerta, luchando por sobrevivir en un mundo devastado por el peor apocalipsis de su historia. La brutalidad de su existencia, el agotamiento físico y la locura que sufrían los guerreros que manejaban esta habilidad rara vez les permitían alcanzar una edad avanzada.
Sin embargo, todo cambió cuando las primeras civilizaciones lograron asentarse en lugares fijos. La relativa seguridad permitió a estos guerreros aprender a controlar mejor el mugen, lo que llevó a una evolución en el uso de esta poderosa energía. Esta nueva era marcó el comienzo de una transformación en cómo los seres manejaban su poder espiritual, adaptándose a las nuevas reglas que gobernarían el mundo.
A medida que la humanidad avanzaba, las cosas comenzaron a mejorar poco a poco. Entrando en la Edad Antigua, el mugen demoníaco se desvaneció en los recuerdos de los ancianos, quienes narraban historias a los jóvenes que lentamente se iban olvidando. Pero, ¿desapareció realmente el mugen? No. La energía evolucionó hacia formas más refinadas: el mugen positivo y el mugen negativo (aunque este último era muy raro). Estas nuevas habilidades permitieron a los guerreros desarrollar técnicas de combate más sofisticadas, reforzando sus cuerpos para enfrentar feroces batallas por la conquista de nuevos territorios. Pero, ¿esto no debería haber mantenido el mugen demoníaco vigente? No, es una cuestión de contexto: ¿es lo mismo vivir dentro de unas paredes seguras en tu casa con una puerta cerrada que en una cueva llena de peligros desconocidos? La guerra siempre ha sido una constante.
Con el tiempo, la historia siguió su curso. Roma dominó casi todo el mundo conocido, mientras que otras regiones evolucionaban a su propio ritmo. Al final del Imperio Romano, los humanos lograron aprender la magia de la Tierra, marcando un avance significativo. Los años pasaron, y llegamos a la Edad Media. Aunque muchos de los eventos históricos fueron similares a lo que conocemos, hubo una diferencia crucial: la aparición de los "demonios". Estos seres, llamados Jittai, manejaban una energía desconocida llamada OLL. Los humanos no solo luchaban entre ellos, sino también contra los elfos (poseedores de un poderoso tipo de mugen) y contra los Jittai, desatando una gran catástrofe.
Después de vencer a los pueblos del norte de África y alcanzar una paz con los elfos, los humanos partieron en busca de nuevas tierras, descubriendo las Américas. Los conquistadores, ansiosos por expandir su dominio, se sorprendieron al enfrentarse a los habitantes locales, hechiceros aún más poderosos que ellos, que manejaban magia de fuego. Tras una serie de batallas, ambos pueblos acordaron una alianza comercial para fortalecer sus habilidades mutuas y resistir los ataques de los Jittai. Esta cooperación permitió un crecimiento y desarrollo sin precedentes.
Sin embargo, la aparente tranquilidad no duró para siempre. En el siglo XX, el mundo se vio envuelto en dos guerras devastadoras, conocidas como las Grandes Guerras Mágicas. La segunda guerra fue la más destructiva, casi ganada por el grupo del Eje contra todo el mundo, con la excepción de Japón. Entre las filas del Eje se encontraba el hechicero más poderoso conocido hasta la fecha, el Rey Oscuro, líder de Alemania. Este humano poseía un poder temible: la magia de las sombras. Su nombre se convirtió en un tabú, un recordatorio de la devastación que causó.
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Aratashi Jiddai
FantasyEn un mundo donde la Gran Catástrofe ha redefinido las reglas de la existencia, las energías ancestrales conocidas como mugen han dado paso a nuevas formas de poder y magia. En la transición de la Antigua Era a la Nueva Era, la humanidad ha enfrenta...