día 0: segunda parte

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Martin se observa al espejo mientras hace una mueca, aquella maldita noche no deja de rondar por su maldita cabeza. Hace una mueca y niega, no debe de seguir pensando en eso.

Lo hecho, hecho estaba pero se arrepentía un montón de haber actuado como un maldito crío.

Los chicos hablan en el grupo de WhatsApp mientras que él pasa completamente, no tiene muchos ánimos de hablar, desde hace bastante tiempo que en ocasiones siente que no encaja pero sabe que es porque su energía no está igual que siempre. Se nota raro, y a pesar de que en voz alta dice no saber qué pasa, lo sabe completamente.

Cuando el celular comienza a vibrar más y más, bufa y decide fijarse quien es la persona le le envía tantos mensajes, y en realidad es que lo están arrobando en el grupo, y por más que los tenga silenciados, la notificación aparece.

Ellos no deben saber que él los ha silenciado, sino se vendría la gran pregunta.

Cuando lee el grupo suspira, quieren juntarse para poder hablar del viaje y él no tiene deseo de ir a aquel grupo y menos pasar casi ocho días con Juanjo en una maldita cabaña, ni siquiera se llevan bien.

No quiere ser egoísta y arruinar el viaje de todos, ya bastante sermones se ha tenido que soportar por parte de sus amigos diciéndole que en ocasiones exageraba.

Si ellos tan solo supieran.

Se sienta en el sofá y piensa alguna excusa para inventarse y no ir al maldito viaje, pero también piensa que seguramente sean capaces de arrastrarlo. Así que tendrá que aguantar por más de cinco días al maldito de Juanjo Bona.

Hermosa aventura piensa mientras rueda los ojos.

Agarra la chaqueta del perchero y sale del apartamento. Camina con las manos en los bolsillos y observa las calles de Madrid, se había mudado cuando apenas tenía dieciocho años por su carrera actoral, y a partir de ellos las cosas han mejorado, aunque debe admitir que extraña su amado Getxo.

Camina lentamente mientras observa un cachorro correr en la acera de enfrente, y piensa que él desearía tener un perrito pero tristemente en su apartamento no aceptaban mascotas, o al menos eso le habían dicho.

Suspira y sigue caminando hasta que a lo lejos divisa la cafetería donde sus amigos lo están esperando hace más de media hora, la excusa será que tenía el celular completamente en silencio porque estaba estudiando algún guion.

Espera que se la traguen, porque no quiere escuchar ningún tipo de planteo.

"Por fin llegas, loki"

Lucas se levanta y lo abraza, él sonríe. El chico es de los pocos que puede comprenderlo, y él único que sabe un poquito más allá de todos, aunque no el total de la situación solamente porque fue quién lo llevó a su casa aquella noche.

"Perdón"

"Siempre pides perdón, pareciera que no quisieras reunirte con nosotros"

Martin rueda los ojos al escuchar a Ruslana, su amiga nunca sabe cuándo cerrar la boca, pero solamente pasa de contestarle porque sería un completo ida y vuelta, y no siente ánimos para discutir con nadie.

Bastante tiene con sus cosas como para sumar una discusión que no tiene importancia, al menos para él.

"Estaba estudiando"

Ruslana asiente no muy convencida, pero se lo deja pasar. La mirada de Juanjo se posa en él y por desgracia, el único asiento libre es al lado del chico quien corre un poco la silla para que él pueda sentarse. No menciona nada porque no tiene ganas de hablar con él, prefiere fingir que el chico no está.

Into YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora