Parte 3

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Mañana

Me desperté temprano, mucho antes que los demás. Me levanté en silencio, mirando hacia Rey y Pilar, que dormían juntos. Ella estaba acostada sobre su pecho, con sus brazos rodeándolo como si fuera suyo. Un sensación Flikiti recorrió mi cuerpo...

Sin decir una palabra, salí de la cabaña. Los cálidos rayos del sol acariciaron mi rostro, dándome un poco de alivio.

Me senté a la sombra de un árbol grande, apoyándome en su tronco rugoso. El aire estaba fresco, y el silencio de las primeras horas de la mañana me llenaba de una paz temporal.

De repente, escuché un sonido suave y familiar, un sonido que no había oído en años.

Contuve la respiración. "¿Son ustedes, Mis haditas?" pregunté con una voz temblorosa, sintiendo cómo la emoción me inundaba por dentro.

De pronto, del aire aparecieron cuatro luces diminutas alrededor mío: una roja, una verde, una amarilla y una azul.

¡Eran ellas! ¡Mis haditas! Pensé que nunca volvería a verlas. Desde que era pequeña siempre estuvieron ahí para mí, hablándome, dándome señales y consejos.
Pero una mañana, simplemente desaparecieron. Fue justo después de que mi papá falleciera.
Desde entonces, dejé de escucharlas, dejé de verlas.

Y ahora que lo pienso, quizás nunca se fueron de verdad. Siempre veía pequeñas luces flotando alrededor de las personas: estuvieron ahí todo el tiempo.
Mis haditas nunca me abandonaron.

Pero yo... fui yo quien se olvidó de ellas. Cuando perdí mis recuerdos, ellas desaparecieron de mi vista. Y ahora, finalmente, puedo volver a verlas.

"Denme una señal... haditas, por favor, díganme si mi príncipe ya no es mío," pedí con voz temblorosa.

"No tengas miedo de perder el amor, Florencia. A veces, justo cuando parece alejarse, vuelve más fuerte que nunca."

De repente, Merlín salió de la cabaña. Al verme, sonrió y caminó hacia mí.

"Tu señal ya está aquí. Abre los ojos, Florencia, y no temas escuchar a tu corazón."

"Buen día, ¿qué hacés despierta tan temprano?" preguntó Merlín con su voz suave y tranquila.

"Me encanta madrugar," respondí con una leve sonrisa. "El aroma de las primeras horas de la mañana... es mi momento favorito." Agregué con una pequeña risa.

Vimos a Mar y Rama caminando hacia el auto afuera de la cabaña, intentando repararlo para que pudiéramos regresar a casa.

"Merlín, ¿quién es esa chica que no se despega de Rey? ¿La conocés?" le pregunté con temor por la respuesta que vendría.

Merlín respondió con un tono vacilante: "Pilar... fue la novia de Rey hace dos años. Eran los reyes de la promoción en Rockland, hasta que ella se mudó a Madrid."

Mi respiración se detuvo. "Me mintió..." susurré, sintiendo cómo el suelo se desmoronaba bajo mis pies. Traté de mantener la compostura, pero las lágrimas ya amenazaban con salir.
"Me dijo que nunca había estado enamorado. Que esto lo sentía por primera vez en su vida."

Merlín me miró con visible sorpresa. "Pará, Florencia... ¿en serio no te habló de ella?"

"No." Mi voz temblaba. "Ni siquiera la mencionó. Me dijo que nunca había amado." Sentí cómo mi confianza se deshacía, como si nuestra historia se rompiera en pedazos.

Merlín apretó los labios, con una expresión de arrepentimiento. "Lo siento mucho, Florencia," dijo suavemente. "Pensé que sabías sobre ella..."

En ese momento, Thiago, Jazmín, Rey y Tacho salieron de la cabaña después de despertarse.

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⏰ Última actualización: 17 hours ago ⏰

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𝐄𝐥 𝐥𝐢𝐛𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞 𝐜𝐚𝐧𝐝𝐚𝐝𝐨𝐬.{by:Amor_inchausti}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora