Cap.12 Pt.03

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Mientras Mariam observaba a Gabriela, de pronto un mal presentimiento la invadió como una sombra fría que se colaba por sus pensamientos.

-Víbora, no vayas a sobreexigirte, por favor-.
Mariam, analizaba todas las probabilidades, repasando la información limitada que tenían sobre el Hotel Leonhard. Sus ojos recorrían las imágenes transmitidas por los búhos y las nano-cámaras desplegadas, buscando patrones que pudieran confirmar sus sospechas.

"Si hay manejadores de aura ahí dentro..." pensó Mariam, con una expresión de seriedad absoluta. "No sabemos nada de sus capacidades ni de su alcance. Incluso Víbora, con toda su destreza, podría verse superada si comete un error. Esto no me gusta. No me gusta nada."

A pesar de su desacuerdo interno, Mariam sabía que Gabriela no se detendría. Podía sentir la determinación de su amiga incluso a través del canal privado. Y aunque no lo decía en voz alta, temía lo que podría suceder si las cosas se complicaban más de lo esperado.

Gabriela: -Te lo prometo Búho, saldré rápido. Comando de voz: nano-visor, minimízate-.

El visor, obedeciendo al instante, se encogió automáticamente, deslizándose hacia el interior de su oído en un movimiento fluido. Ahora invisible, la tecnología permanecía activa, lista para responder al menor comando, pero sin estorbarle ni llamar la atención.

Mariam respiró profundamente. Aunque la respuesta de Gabriela ofrecía un leve consuelo, el mal presentimiento persistía como un eco incómodo en su mente. -Confío en ti, Víbora, pero no en lo que te rodea. No te precipites. Mantén la calma y mantenme informada de cada cambio; Suerte amiga-.

Gabriela avanzó con determinación hasta el pórtico del Hotel, sus tacones resonando contra las losas de mármol negro con una cadencia precisa, cada paso un mensaje claro: confianza absoluta. A medida que se acercaba, dos guardias de traje negro.

Sus ojos, capturaron cada detalle: la postura firme, los oídos ligeramente inclinados hacia sus micrófonos, y las miradas que la seguían con una mezcla de desconfianza y profesionalismo.

Dentro de su oído, el sistema de ARIA estaba silencioso, pero Gabriela sabía que Mariam vigilaba cada movimiento desde su posición estratégica.

Con una ligera inclinación de cabeza y un movimiento fluido de su cabello suelto, Gabriela sonrió, proyectando una mezcla calculada de seguridad y atractivo. Al llegar a pocos metros de los guardias, hizo una pausa deliberada, dejando que el momento se prolongara justo lo suficiente para sembrar una pizca de incertidumbre en ellos.

-Buenas noches, caballeros.- Su voz era sensual y melódica, pero con un tinte de autoridad que exigía atención inmediata. Sus ojos no dejaron de recorrerlos con detenimiento, buscando cualquier señal de vacilación o inseguridad.
Los guardias al comienzo se mostraron muy serios y concentrados en su labor hasta que escuchan la voz de Gabriela fueron segundos el impacto que causó Gabriela en ellos.
Si bien acostumbraban a ver mujeres muy hermosas Gabriela era sin duda alguna más atractiva que cualquiera otra mujer que hayan conocido.
Los dos hombres intercambiaron una breve mirada, apenas perceptible, como si confirmaran mutuamente lo obvio: esta mujer no era como ninguna otra. El más joven, tratando de recuperar su profesionalismo, tragó saliva de forma audible antes de balbucear, intentando ocultar el rubor que comenzaba a trepar por su cuello.

-¿Puedo ayudarla, señorita? -dijo el mayor, con un tono que intentaba mantenerse autoritario, pero al que inevitablemente se le escapaba un leve matiz de inseguridad.

Gabriela, captando al instante el efecto que había provocado, dejó que su sonrisa perfecta se ensanchara, un gesto calculado para sembrar aún más desconcierto. Sus ojos, intensos y llenos de una seguridad aplastante, se enfocaron en el guardia que había hablado. Inclinó ligeramente la cabeza, como si lo evaluara con detenimiento, sus movimientos lentos y deliberados.

Neon Justice: Agente Argo   Donde viven las historias. Descúbrelo ahora