Episodio 4: La Última Decisión

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La Decisión de Helena:

El sonido de los monstruos mutados retumba en los pasillos del laboratorio. Helena está al borde de la desesperación, mirando los sistemas de la computadora que muestran la propagación masiva del virus, el avance de los experimentos de Edward, y una posible vacuna que podría ser la clave para todo. Pero no puede seguirle el ritmo. La voz de su padre sigue resonando en los altavoces del laboratorio, lleno de una promesa inquietante: "El futuro está aquí, Helena. Lo único que falta es que te unas a mí."

Helena cierra los ojos, respirando profundamente. Tiene que decidir, y tiene que hacerlo ahora. Si destruye el sistema, acaba con la posibilidad de cualquier cura, pero si sigue el camino de su padre, se convierte en parte de la tiranía que ha traído el fin del mundo. El peso de la humanidad recae sobre sus hombros.

Un destello de claridad la atraviesa. No puede permitir que el virus controle su vida, ni que Edward la controle. Helena sabe que la única forma de detenerlo es destruir todo lo que ha creado, aunque eso signifique perder cualquier esperanza de una solución inmediata.

"Si no puedo salvar a la humanidad de esta pesadilla, al menos puedo evitar que mi padre lo logre", dice en voz baja.

Helena introduce un comando en la consola. En ese momento, las pantallas parpadean y las alarmas comienzan a sonar, indicando que la autodestrucción del sistema ha comenzado. Sin embargo, en la última fracción de segundo, Edward envía un último mensaje.

"Sabía que lo harías, Helena. Pero no puedes detenerlo. Nosotros somos el futuro. El caos es solo el principio."

En ese momento, las criaturas mutadas irrumpen en el laboratorio, obligando al grupo a enfrentarse a su peor pesadilla.

La Invasión de las Criaturas Mutadas:

El suelo tiembla bajo los pies de los personajes mientras las criaturas, cada vez más rápidas y coordinadas, comienzan a rodear el laboratorio. Los gritos de terror y los rugidos de las bestias resuenan en el pasillo. Yuko y Eric, que hasta ahora habían estado luchando a la defensiva, se ven superados por la cantidad de monstruos. El sonido de los disparos y las explosiones retumban en las paredes del edificio.

"¡No hay tiempo!", grita Yuko mientras derriba a una criatura que se acerca a Helena. "Tenemos que salir de aquí, ahora."

Pero Helena se mantiene firme frente a la pantalla, observando cómo el sistema comienza a colapsar. Los datos sobre la cepa H-2 están a punto de ser destruidos. El laboratorio entero comienza a desmoronarse, y el riesgo de que las criaturas mutadas se liberen es más real que nunca.

"¡Vamos!" grita Eric, mientras se acerca a Helena, tomándola de los hombros y empujándola hacia la salida. "No podemos quedarnos aquí. Si no salimos ahora, todos estaremos muertos."

Helena vacila un momento, pero finalmente cede. En el último segundo, antes de que las puertas se cierren tras ellos, el laboratorio explota con una fuerza tremenda, desintegrando todo a su paso. La onda expansiva los lanza al suelo, y la oscuridad los envuelve.

El Escape:

El grupo se arrastra entre los escombros, escuchando los ecos de las criaturas que siguen avanzando. Yuko lidera el camino, guiándolos hacia un túnel subterráneo que parece ser una ruta de evacuación secreta, uno de los pocos caminos de escape que Edward había dejado.

"Este túnel nos llevará fuera de la ciudad, pero no sé si es seguro", dice Yuko mientras apura el paso.

Helena, aún en shock, apenas responde. Su mente está ocupada procesando la magnitud de lo que ha hecho: destruir el laboratorio y con ello las últimas esperanzas de una cura. Pero ¿había realmente alguna esperanza? Si Edward estaba tan decidido a usar su propia hija para lograr sus objetivos, ¿cuánto más lejos estaría dispuesto a llegar para mantener el control?

El túnel se estrecha, y los sonidos del exterior se desvanecen poco a poco. El grupo avanza en silencio, solo iluminados por las luces de sus linternas. Después de lo que parece una eternidad, llegan a una entrada secreta que da hacia el exterior, en las afueras de la ciudad. Una vez fuera, el grupo se detiene a tomar aire, mirando la devastación que se extiende ante ellos: edificios en ruinas, árboles marchitos y el cielo gris y cubierto por una espesa capa de humo.

El Regreso a la Realidad:

"Estamos afuera", dice Chloe aliviada, aunque su rostro refleja una mezcla de miedo y tristeza. El aire está denso, y el mundo que conocen ya no existe. No es el futuro que imaginaron, ni el mundo que creyeron que salvarían.

Pero Helena está pensativa. A pesar de haber destruido el laboratorio de Edward, sabe que la batalla no ha terminado. En algún lugar, Edward sigue con vida, y sus planes siguen siendo una amenaza. La supervivencia de la humanidad depende ahora de lo que ellos hagan a continuación.

"¿Qué haremos ahora?", pregunta Eric, con los ojos llenos de desesperación. "Si no hay cura, ¿qué nos queda?"

Helena toma una decisión. "Tenemos que encontrar a Edward. Necesitamos detenerlo de una vez por todas. No podemos permitir que siga creando más monstruos ni jugando con la vida humana."

Yuko, siempre práctica, asiente. "Sabemos dónde está su siguiente laboratorio. Si conseguimos llegar antes que él, podemos evitar que continúe con sus experimentos."

Chloe, aunque agotada y herida, se une a ellos. "Y si Edward tiene algún tipo de cura... tenemos que encontrarla antes de que él nos lo arrebate."

El Camino por Delante:

El grupo se prepara para lo que puede ser su última misión. Aunque Helena está decidida, siente la pesada carga de la responsabilidad. Su padre, el hombre que una vez creyó que salvaría el mundo, ahora es su mayor enemigo.

El viaje hacia la siguiente instalación de Edward está lleno de incertidumbre. No saben qué les espera ni si llegarán a tiempo, pero no tienen otra opción. Helena lidera el camino, dispuesta a hacer todo lo necesario

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