𝐛𝐚𝐝 𝐢𝐝𝐞𝐚, 𝐫𝐢𝐠𝐡𝐭. ❪ 𝖺𝗑𝖾𝗅 𝗄𝗈𝗏𝖺𝖼𝖾𝗏𝗂𝖼 ❫

seven

❝ miyagi-do. ❞

Cuando Mara supo que iban a tener que enfrentarse a Miyagi-Do una vez más, no pudo evitar sentir como los nervios recorrían su cuerpo entero. Se había preparado mentalmente para la posibilidad todo el torneo, pero ahora las cosas eran diferentes.

Su cercanía con los otros era diferente a como lo era antes. Miguel, era su mejor amigo. Hawk, aunque ya no eran los mejores amigos, aún se llevaban bien. Sam, alguien con quien comenzaba a llevarse mejor, estaba del otro lado. Y luego estaba Tory, su hermana.

Era la primera vez que se enfrentaban, y lo peor era que esta pelea decidiría cuál equipo regresaría a casa, ya que ambos dojos estaban entre los últimos lugares.

Mara intentaba fingir que Robby no le preocupaba. Estaba molesta con él no solo por todo lo que había pasado entre ellos, sino también por haber herido a Tory en el proceso al meterse con Zara.

Nadie se metía con su familia.

Kwon, al parecer, notó su expresión perdida mientras se preparaban para salir a pelear, porque se acercó y le habló en voz baja:

—Escucha, Nichols. No me agradas y nunca lo harás, pero ten clara una cosa: estamos en la cuerda floja y esta es nuestra última oportunidad. No me interesan tus amiguitos de Miyagi, solo nuestro equipo, ¿okey? Nuestro equipo. Así que te concentras ahora, o cargarás con el peso de haber perdido como capitana, incluso aunque eso fuera lo que más querías al llegar aquí.

Mara no respondió. Sabía que, aunque lo dijo de una manera brutal, Kwon tenía razón.

Tenía que mantener la mente en el torneo o perderían, y sería su culpa. No podía permitirse eso. Después de todo, había llegado allí por una razón.

Ganar.

Sin embargo, de repente, esa palabra ya no tenía el mismo sentido.

﹙• • •﹚

—Como Miyagi-Do y Cobra Kai tienen los menores puntajes, el que gane este combate avanza. El que pierda queda eliminado.

—La derrota no existe en este dojo —dijo Kreese a sus estudiantes, mientras Miyagi-Do aparecía al otro lado del lugar. Kwon lo observó, con una leve sonrisa cargada de determinación—. ¿Me equivoco?

—No, sensei.

Kim, de brazos cruzados, giró hacia Mara, que miraba alrededor del lugar con nervios notables.

—Nichols —la llamó con firmeza—, ¿me dirías la razón por la que has parecido ganar fuerza últimamente? Porque necesito que la uses toda ahora.

Mara mantuvo el semblante serio y sin apartar la vista del frente, respondió:

—No tengo ninguna razón. Solo quiero ganar.