..: Has pensado sobre lo que te dije, puedo verlo, Jayce.
Las tazas de café humeaban sobre el escritorio de roble, que con mucho esfuerzo había sido talado por alguna pobre alma quien seguramente trabaja para este gobierno tan extraño, el de Piltover.
Entre la estantería se encontraban libros de todo tipo, se veían viejos y nuevos. Pero no había nada mejor que el olor de una biblioteca privada, como la de los Kiramman. Caitlyn reposaba su posadera encima del escritorio mientras que sus piernas se balanceaban tiernamente de arriba hacia abajo. Un vaivén calmado.
Pero Jayce estaba de todo menos contento con la reacción que las palabras de Caitlyn Kiramman causaban en su psique. Tal vez se veía bajo demasiada presión todo el tiempo. Enterrando su nariz de sabueso entre las gemas Hextech y la ordinaria rutina que EL mismo se había hecho de...
Así que, una miraba al contrario con una benevolencia y astucia al darse cuenta que, en efecto, sus palabras retumbaban en los oídos del joven Talis. Y el otro trataba fuertemente de ignorar a la joven con sonrisa burlona. Quien por cierto obtuvo mucha importancia los últimos años; sin embargo, para Jayce, era la familia que le había estado faltando desde hacía tantos años ya. La peli-azul dirigió sus orbes al humo que desprendía el líquido, su sabor podía ser saboreado intensamente, toques amargos, la nicotina dentro de los componentes.. era una extrañeza para ambos.
¿Cómo puede ser algo tan pequeño tan deseable? Se preguntaba Jayce. Pobre hombre, los días habían pasado y el seguía dando volteretas en su mente, por que no solo las palabras de la más joven de los Kiramman resonaban en su mente; si no, el imperdonable deseo de saber más sobre las investigaciones.. allá abajo, en Zaun. Se sentía todo un criminal por solo pensar en la posibilidad de viajar al Underground y se veía cada vez más presionado por la idea.
Renegaba, siseando su lengua lado a lado dentro de su cavidad bucal. Buscaba entre el sabor amargo del café y su propia saliva, tal vez, un sabor distinto al de la derrota y la vergüenza. Emociones producidas por culpa de esta hipótesis planteada tanto por la joven peli-azul, como por él mismo.
Finalmente no pudo más. Miro a la pequeña con recelo, ella le devolvió la mirada, burlesca como siempre. Era tan soberbia como terca.. toda una Piltoviana. Jayce recostó sus antebrazos en el escritorio, frío como una tormenta en Targón y un suspiro escapó de sus labios, seguido de una risita.
-... Iré.- en tono bajito se dio por vencido. Pues ante la mirada acusadora y burlona de Caitlyn, sumadas sus propias dudas, no encontró mejor solución que admitir su pequeño crimen. Ella sonrió benevolente.
-Lo sé- ambos compartieron una última risa y un sorbo del agrio café de la más alta calidad, mientras que, por dentro, Jayce se encontraba perdido entre tantos pensamientos que hacían torbellino. Demasiado patético para admitirlo, Jayce Talis estaba dudando.
Caitlyn palmeo su hombro cariñosa y pego un saltito, bajando del escritorio. Este se movió un poco, tambaleando las tazas de café y causando qué se derramará un poco del de Jayce. El, por su parte, solo miraba concentrado como el líquido manchaba la fina madera, suspiró. Ahora que se encontraba en completa soledad en esa enorme biblioteca, que ni en mil años podría pagar; por cierto, hallo el silencio mucho más cómodo que si estuviera hablando con alguien más.
No, Jayce no era asocial, ni antisocial, el adoraba la conexión con los demás.. pero, a veces no se encontraba ni el mismo. Mucho menos podría entablar una conversación sin al menos perderse 4 veces en ella. Por tanto, solamente miraba al techo pensando en como llevaría a cabo su extraño plan y en que le diría a su madre o a la concejal Kiramman si le descubrían. Eran tantas sus quejas que en un momento mordió sus labios para asegurarse de que aún estaba de pie.
No sería la primera vez en hacer algo estúpido, es Jayce Talis después de todo..
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Evanescence (JayVik)
FanficLos suburbios zaunitas no son solo desechos tóxicos, basura y criminales. Puedes encontrar bellezas exóticas, bailarines, genios, ¡talento!. Se encuentra todo aquello que el humano se imagina en lo peor del mundo, pero...Siendo honestos, Jayce no po...