Sae es una gran celebridad, con incluso millones de fanáticos al ser un ícono importante en el fútbol actual. Quién diría que entre esa cantidad de fans habría uno bastante peculiar con cierta obsesión enfermiza...
Desvíe mi mirada, disgustado con este tipo, bueno, en realidad no con él, tal vez solo intentaba ser amable, pero me disgustó el hecho de que el equipo no avisó nada, ni un mensaje previo por lo mínimo, no podían ingresar nuevos jugadores así porque sí, sin siquiera hacernoslo saber. Por supuesto que no estrecharía mi mano con la de este desconocido, aparte de que detestaba cualquier contacto físico, no sabía nada de él, claro que sentiría desconfianza. Por lo que Oliver lo hizo, dando un ligero apretón.
- Bien Shidou, ¿se puede saber qué posición tienes? - Preguntó Aiku, antes que cualquier otra cosa.
- Soy delantero, junto a Luna. - Respondió el moreno, fruncí mi ceño al escucharlo. Lo ví por un momento, me perturbó al instante, su rostro estaba normal, pero parecía estar siendo totalmente sarcástico.
- ¿Ya nos vamos? - Me dirigí a Aiku, probablemente muy grosero de mi parte al estar Shidou frente a nosotros, pero ya me sentía irritado por otras cosas ajenas.
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(pov Shidou)
Sabía que era arrogante, pero no esperé que fuese hasta este punto.
No tengo idea del tipo de relación que tenga con Aiku, pero sea cual sea, me mata de celos.
- Espera Sae. Bien, un gusto conocerte Shidou, espero que la química en el campo funcione.- Me dijo Aiku antes de retirarse junto a Sae.
Un tic de coraje apareció en mi ojo al verlos irse juntos, seguramente son pareja pero lo ocultan, estoy seguro de ello. Un nudo se formaba en mi estómago, la desesperación y la rabia me carcomían con cada paso que daban. Dejé de fingir mi falsa sonrisa, sintiendo como involuntariamente mis dientes se apretaban. Me apresure a regresar yo también, la frustración me quemaba.
¿Por qué está tan cerca de él? Pensé mirando como charlaban en la distancia. ¿Qué están ocultando?
El tiempo que desperdicié al venir hasta acá únicamente para encontrarme a Sae fue casi en vano, no salió como lo esperaba, todo había salido mal. Al menos pude verlo; esa mirada, su forma de moverse, todo en él me volvía loco. Mi respiración se agitó. Joder, no puedo esperar a tenerlo.
La idea de que Aiku, o mejor dicho, que cualquier persona tocara a Sae me devoraba por dentro. Esos dos... Tal vez crean que pueden ocultarlo, pero yo lo sé, y conseguiré lo mismo, no importa que tenga que hacer.
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Lo primero que hice al llegar a mi hogar fue dejar caer mis cosas al suelo y correr hacia mi computadora. Tenía que saber todo sobre la relación de esos dos, como se llevaban, cuándo se conocieron... Necesitaba respuestas.
La encendí rápidamente, mis dedos volando sobre el teclado mientras me sumergía en páginas tras páginas, buscando cualquier mínima información acerca de ellos que pudiese encontrar. Solo descubrí que se conocieron en persona por primera vez en un partido de hace 2 años, en el cual Sae jugó como centrocampista en la sub-20, Aiku como defensa. Posterior a eso, Oliver se cambió al Real Madrid, donde fue mucho más cercano a Sae.
