Todos los días tenía la costumbre de levantarme dos horas antes de que mi madre me despertara; todo el mundo diría que estoy loco pero en realidad me gustaba subirme al techo de mi casa y ver cómo cambiaba el cielo cuando amanecía. A veces este se tornaba de un rojo anaranjado y eso me hacía sentir con paz.
Cuando ya se acercaba la hora de que mi madre me llamase bajé con mucho cuidado y sin hacer ruido ya que cuando era pequeño, mi madre me había encontrado sentado en el techo y del susto que me dio, caí al patio delantero de la casa y me rompí la clavícula de la mano derecha.
Abrí cuidadosamente la puerta de mi cuarto para no despertar a mi hermana (Así es, duermo con ella cada vez que viene a visitarnos), pero cuando estoy acomodándome en mi cama, escucho su voz.
¿En dónde has estado? - lo dice un tanto dormida-.
Solo fui por un vaso de agua - lo digo de forma miedosa pero seguro - pero no encontré agua fría.
Cool, estás mintiendo- dice ella - sé que estabas de nuevo en el techo... Y sabes lo que pasó la última vez que te subiste a él.
¡Oh, cállate!! - dije un tanto enojado- Sólo no le digas a nuestra madre o me matará.
Sólo deja de hacerlo o tendré que decirle - lo dice volviéndose a acomodar en su cama y se durmió.
Es extraño que ella se preocupe por mi, sabiendo que ya no soy aquel pequeño travieso que se caía a cada rato; ella dice que todavía no se acostumbra a que yo tenga 16 años y yo no hago más que recordarle que está vieja.
Luego de 15 minutos se escucha el abrir de la puerta y me doy cuenta que es mi madre, por su aroma...
Vamos perezoso mueve tu trasero de esa cama... - me río de su forma de levantarme -... y luego bajas a la cocina por tu delicioso desayuno.
¿Quién eres y qué hiciste con mi madre? - los dos nos reímos - no me digas que otra vez te quedaste mirando películas de padres con sus hijos.
Asiente con la cabeza. Lo sabía porque en la mayoría de su tiempo libre se sentaba en el sofá a ver películas o sus series preferidas.
Sin embargo, me gustaba cuando ella repetía frases de mis caricaturas y animes preferidos... Sí, se estarán preguntando por qué un joven de 16 años ve ese tipo de cosas y se deberán estar burlando de mí, pero no importa porque a mi me encantan.
Me quedo sumergido en mis pensamientos y escucho a mamá gritarme desde la cocina más no reacciono a su llamado; pienso en cómo sería mi vida si mis padres no se preocuparan por nosotros y sueño que en un futuro yo pueda ser como ellos.Mis pensamientos se esfuman cuando veo entrar de nuevo a mi madre con cara de enojada y una sonrisa malévola.
Vamos insecto! Muévete o llegarás tarde a estudiar - lo hace imitando la voz de Vegeta de Dragon Ball.
¡Ay Vegeta, no grites! - lo digo imitando la de Goku.
Ay dejen dormir ustedes dos- dice mi hermana enojada y mi madre y yo nos reímos.
Fui a tomarme una ducha y bajé corriendo a desayunar porque en realidad iba a llegar tarde a estudiar y en mi colegio tienen estipulado que el alumno que llegue tarde no podrá entrar a la primera hora.
¿Mamá dónde están las llaves de la moto? - le grito desesperadamente.
Pues en la moto... - me dice sacándome la lengua -... ahí las dejaste ayer.
Corro hasta el garaje y me doy cuenta de que tenía razón, no siendo más me subo en ella y arranco a una velocidad de 120 km/h.. Gracias a Dios no me choqué con ningún auto pero llegué dos minutos antes del toque de entrada.
Subo a mi salón que quedaba en el tercer piso de mi colegio Luminus High School que a pesar de muchos años, nadie sabía porque se llamaba así.Después de haber terminado las tres primeras horas de clase bajo al patio (ya que había llegado el momento de descanso) y busco a mis amigos pero me distraigo viendo el cielo hasta que alguien me llama.
¿Te vas a quedar como un idiota mirando el cielo o vas a venir a sentarte con nosotros? - era Juan Manuel, uno de mis amigos y a quien le decíamos gay por cariño.
No tienes por qué decirme idiota querido gay - todos nos reímos y camino hacia mi novia que estaba a dos pasos de mi - Buenos días mi reina.
Hola amor, no te olvides de la cena en casa de mis padres porque si no vas te odiaré para toda la vida- lo dijo tan seria que hasta me asusté.
Sí señora- le respondo dándole un beso - pero si ese día hay maratón de Anime, olvídate de mi.
Me mira con cara de enojo y todos nos reímos. Es fantástico tenerlos a ellos de amigos no sé qué haría si ellos no hicieran parte de mi vida.