Donde cinco jóvenes y un adulto colado, vivirán experiencias inolvidables y momentos divertidos y tristes. La adolescencia no es una etapa fácil, aveces puede ser dura y dolorosa, ellos más que nadie saben lo que es pasar por ella...
Te invito a le...
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-GALATRIX MALFOY- Hogwarts 1971
—Hoy es mi primer día en Hogwarts, iba caminando por los pasillos observándolos a detalle, a lo lejos vi a un chico de túnica con detalles verdes, Slytherin, era muy alto y tenía una mirada muy fría o ¿vacía?, el chico noto que lo observaba y me puse nerviosa al ver que no apartaba su mirada de mí, no sabía que hacer al respecto por lo que comencé a caminar lejos de ahí hasta que a lo lejos divisé a mi hermano mayor, Lucius correr hacia mi con una gran sonrisa, me a salvado la vida.
—¡Lulu! —Corrí y lo abracé, mi casa ya había sido seleccionada, Slytherin sería mi nuevo hogar... detrás de Lucius note a dos chicos al parecer de su curso, los cuales nos observaban sin emitir algún sonido.
—¡Estoy tan emocionado de que hayas quedado en Slytherin! —me toma del brazo y me jala lejos de el pasillo en el que estaba, el chico que había visto ya no estaba por ningún lado.
—Sabes, estoy contenta de estar junto a ti en estos momentos Lucius, ¡no creo haber podido soportar a los prefectos de Slytherin en el recorrido, se miraban aterradores! —dije un poco dramática, sinceramente me encantaba tener un poco de dramatismo en mis palabras y acciones. Por otra parte lo que decía no era del todo cierto, en realidad me perdí al atrasarme en el recorrido y fue cuando me topé con ese desconocido.
—¡Te entiendo completamente, yo en mi primer día aguante a los anteriores y fue espantoso y aburrido! —Volteó a ver hacia atrás y le habló a los chicos que nos seguían. —¡Hey, chicos! Los alcanzó en la sala común más tarde ¿De acuerdo?
—¡Okey Lucius! —le dice uno, su cabello era oscuro y tenía ojos azules o grises, no se nota a simple vista su verdadero color pero tiene unos ojos muy bellos.
—¡Hasta luego hermana de Lucius! —El otro chico de cabello castaño y ojos ¿verdes?. Se va junto al de ojos azules dejándonos a Lucius y a mi solos.
—Ven Gala, ¡te llevaré a mi lugar favorito desde que llegue a Hogwarts!
—¡Eso me interesa! —Lucius me tomo al mano y me jalo mientras corríamos a no sé donde.
Lucius y yo corríamos torpemente por los pasillos de Hogwarts los cuales ya estaban muy solos, no tenía idea de la hora que era. Después de correr por unos minutos, disminuimos la velocidad y llegamos a una puerta café, Lucius la abrió y subimos unas escaleras y... wow era realmente hermoso
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—¡Es hermoso...! —Gire mi cabeza hacia Lucius y note que estaba igual de sorprendido que yo.
—Nunca había visto el cielo en Hogwarts así... Es muy extraño ¡Pero demasiado hermoso!
—Definitivamente este lugar es increíble, me verán aquí todas las noches te lo aseguro
•••
-Segundo Año- 1972
Me encontraba caminando por los pasillos de Hogwarts, las clases habían empezado hace unos días, espero segundo año supere mis expectativas.
-¡Estas demente Potter! —A lo lejos pude ver cuatro niños molestando y una niña pelirroja ayudando a un niño de mi casa, era ¿Snape?, No soy de meterme en problemas que no son míos pero Severus era amigo mío, y no me gusta que se metan con mis amigos.
—¡Hey! —Llegue corriendo hacia ellos mientras los hacía aún lado — ¿Están idiotas o que? —Todos allí me miraban extrañados, yo solo ignoré sus miradas y ayudé a Severus a recoger sus pertenencias del suelo.
—¡Metete en tus asuntos Malfoy!
—Guarda silencio Black, ¿Por que mejor no dejas de molestar a gente y te pones a hacer algo? ¡Que si haga sentir orgullosa a tu familia! —le respondo resaltando mis ultimas palabras, Sirius me fulmina con su mirada mientras la niña pelirroja platica con Snape mirándome.
—¿Te encuentras bien Severus? —Le pregunté una vez que los tontos esos se fueron.
—Si... —Parece querer decir algo más pero no dice nada, el silencio se vuelve un poco incómodo y yo trato de buscar la manera de irme de ahí, más sin embargo la pelirroja dice algo.
—Sev se encuentra bien !Muchas gracias por ayudarnos con esos inmaduros! Fue muy gentil de tu parte —Me mira con un sonrisa agradecida y yo se la devuelvo, parece ser amable.
—No fue nada, Severus es mi amigo y siempre que pueda lo ayudaré —Les dedico una sonrisa a ambos antes de irme. —¡nos vemos luego! —Antes de irme escucho como se despiden de mi y me voy hacia mi sala común, la cena había acabado hace media hora y tenía que dormir ya.
Hoy fue un día un poco largo al ser el tercer día de clases. A lo lejos veo a Regulus un gran amigo mío, un curso más chico que yo pero era un niño muy lindo y noble. Nada que ver con su hermano Sirius, con ellos ya había convivido tiempo atrás, pues nuestros padres son socios y compañeros de trabajo ¿En que? Sinceramente no tengo ni idea... Ellos tenían una hermana, melliza de Regulus pero al parecer está tomando clases en Beauxbatons, la pobre de Rosmar se debe sentir muy sola.
—¡Regulus! —Llegó a su lado y me siento en el sofá junto a él.
—¡Que tal Trix! —Me saluda con una gran sonrisa, cualquier persona sonríe con solo verla.
—¿Que haces despierto aun?
—Estoy leyendo un poco, en mi habitación mi compañero toca música pero digamos que es principiante... —Dice mostrándome su libro el cual era sobre Quidditch
—¿Estas pensando en entrar a el equipo de Quidditch? —le pregunté con interés en saber su respuesta, Lucius estaba en el equipo pero digamos que no es tan bueno...
—Aún lo estoy pensando, no soy tan bueno como Sirius
—Yo te recomiendo intentarlo, quien sabe ¡Quizás y sales siendo igual o mucho mejor que el en el deporte! —le digo y él se ríe un poco.
—No lo sé pero las selecciones serán en una semana y tengo que pensarlo ya...
—Aún tienes lo que resta de la semana y fin de semana, no te preocupes si lo intentas y quedas estarás feliz, pero si lo intentas y no quedas al menos no te quedarás con las ganas de haberlo intentado.
—Lo tomaré en cuenta, ¡muchas gracias trix! —Alza su mano para chocarlas con las mías. —Ya me iré a dormir ¡Que descanses!
—¡Igualmente Reguie! —Veo como se va por los dormitorios de los niños hasta que desaparece de mi campo de visión, ahora que lo pienso no he visto a Lucius desde la cuarta clase, igual y ya está como piedra en su cama.
Me quedo unos admirando el fuego de la chimenea frente a mi. Trato de no pensar más y me dirijo hasta mi dormitorio, el cual gracias a Merlin aún no comparto con nadie. La mayoría de las niñas tampoco comparten dormitorio algunas me han dicho que a habido personas que duraron los siete años de clases sin compañero, que suerte.
