Mientras caminamos por la feria, el bullicio a nuestro alrededor se siente distante. La música, las risas, y las luces brillantes contrastan con la tensión que se ha formado entre nosotros. Después de unos momentos de silencio, Hugo se detiene, mirándome con seriedad.
—Vicky, hay algo que he estado pensando y necesito decírtelo —dice, su voz tensa.
Lo miro, sintiendo que mi corazón se acelera. Me pregunto si esto tiene que ver con lo que hemos compartido, con los momentos que hemos pasado juntos.
—¿Qué sucede? —pregunto, tratando de mantener la calma.
—Desde que llegué aquí, he empezado a sentir algo más por ti. Creo que me gustas —confiesa, y su mirada es intensa, casi vulnerable.
Siento un nudo en el estómago. Quiero ser honesta con él, pero no quiero herir sus sentimientos.
—Hugo, eres una persona increíble —comienzo—. Me encanta nuestra amistad y lo bien que nos llevamos. Pero... no estoy en el mismo lugar. No creo que pueda corresponder a lo que sientes.
Un destello de decepción cruza su rostro. Se pasa la mano por el cabello, visiblemente frustrado.
—Entiendo... No es lo que quería escuchar, pero lo respeto —responde, tratando de mantener la compostura.
—No quiero que esto cambie nuestra amistad, porque me importas mucho —digo, sintiendo la necesidad de que sepa cuánto valoro lo que tenemos.
—Lo sé. Solo... es difícil. Pero está bien. No quiero que te sientas incómoda —dice, su voz baja y algo distante.
Caminamos en silencio por un momento, el aire entre nosotros cargado de emociones no expresadas.
—¿Te parece si seguimos disfrutando de la feria? —propongo, tratando de aliviar la tensión.
Asiente, aunque su sonrisa es algo forzada. A medida que avanzamos, intento distraerme con las luces brillantes y los juegos, pero el peso de la conversación sigue presente. Aunque lo entiendo, me duele ver su decepción, y una parte de mí anhela poder sentir lo mismo que él.
...
Hugo me acompaña en silencio hacia mi casa, la atmósfera entre nosotros se siente tensa, como si cada palabra pudiera romper el delicado hilo que nos une. A medida que nos acercamos, el bullicio de la feria se desvanece, dejando sólo el sonido de nuestros pasos sobre la acera.
—Gracias por hoy, a pesar de todo —digo, intentando romper el hielo.
—No hay problema, Vicky. A veces las cosas no salen como uno espera —responde, su voz suave pero con un matiz de decepción.
Llegamos a la puerta de mi casa, y me giro hacia él.
—Te aprecio mucho, Hugo. No quiero que esto afecte nuestra amistad —digo sinceramente.
Él asiente, aunque su mirada muestra que todavía está procesando lo que ha sucedido.
—Igualmente, me importas, Vicky. Nos vemos pronto —dice, y tras una breve pausa, se da la vuelta y se aleja, dejándome en la entrada.
Cierro la puerta y dejo escapar un suspiro, sintiendo el peso de la tarde caer sobre mis hombros. Me quito los zapatos y me dejo caer en el sofá, sintiendo la necesidad de desahogarme.
Después de un momento de reflexión, decido que tengo que contarle todo a mis amigas. Cojo mi móvil y abro el grupo de chat donde estamos las chicas.
Reinas de la chancha

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Gracias al baloncesto | COMPLETA
RomanceAviso: historia CLICHÉ -VICTORIA EVA MARIA HUDSON FERRER, AL FINAL PERDERÁS EL VUELO - Sí queridos, ella es la mujer que me dio la vida, se llama Amelia Ferrer, junto a su ex-esposo Matthew Hudson. Sentaos porque os voy a contar mi historia, igual...