¿Qué día era? ¿ Miércoles ? ¿De la segunda semana del tercer año en secundaria ? Así es, yo recuerdo el momento exacto en el que tú y el rubio se acercaron a nosotras, mis en aquel entonces amigas y yo, para pedirnos nuestra opinión con respecto a una pregunta totalmente machista y sin gracia alguna. Obviamente mis "amigas" rieron y Sebastián también lo hacía, hasta que a cierta persona amargada y agua fiestas (yo) se le ocurrió decir que era la broma más terrible que jamás había escuchado y que no podía creer que dos adolescentes, como lo eran ustedes chicos, pensaran cosas tan retrógradas. Obviamente lo dije más exagerado y extenso, y sólo recuerdo que sus caras decían algo así como "No entendí la mitad de las palabras que usaste en esa expresión" .
Al siguiente día, yo me había quedado sin amigas por espantarles el lige. Y al siguiente día, ahí estabas tú.
-Hey !
-mmm- recuerdas que te di la mirada más fría cuando hice esa expresión?
-Sólo era un broma, sabes ? No te lo tomes tan personal.
-No es eso, es que.. Mira sabes que? No importa, ni si quiera lo recordaba. - Y eso era cierto. Los olvidé tan pronto se fueron de ahí. Quien iba decir que ahora eres el único al que no podré olvidar, nunca.
-Vale, lo sé. Pero igual y lo siento.
-por?
-Supongo que te hicimos perder a tus amigas.
-Ah eso. En realidad solo eran necesarias para hacer tareas y trabajos en equipo, de hecho no concordamos en la forma de pensar, ni tenemos nada más en común que la escuela.
-Wow, eso es frío y solitario.
-jajajaja supongo.
Haz notado que tú y yo suponemos mucho. Supongo que es por eso que era fácil hablar entre nosotros.
-Hoy Sebastián y yo iremos al cine, deberías venir.
-No creo. - Seca y cortona, como siempre.
-Si no vienes, te podrías estar perdiendo de una gran aventura.
Y ahí fue cuando yo caí. Aventura? Claro que me gustan. Las había leído en tantos libros, incluso las vi en películas. Obviamente los sucesos de la vida diaria a veces son emocionantes, diferentes, y divertidos. Pero soy demasiado ambiciosa y se que las aventuras cotidianas no son suficientes para mi.
-Ya caíste- Lo notaste. -La expresión que acabas de poner, como si creyeras que en el cine aparecerían ninjas tratando de robar las joyas mágicas de una pobre colegiala, y tú, por ser la chica diferente, te encargarías de salvar al mundo de su destrucción-
Sentí que mis mejillas se sonrojaban un poco, pero que buen talento tenías para narrar.
-Iré.
-A las 4. Entonces, hasta el rato. - Levantaste tu mano derecha en señal de despedida,
-Salvare tu trasero de los malvados ninjas. - Como pude ser tan infantil en aquel entonces? Y simplemente me fui.A las 4:02 llegue a las mesas frente a la caja del cine, ya estaban ustedes ahí. Se levantaron en cuanto me acerque.
-Oye, Madeline, lo siento, pero me equivoque y falta una hora para que empiece la función. - Ese era Sebastián, rascándose la nuca y tratando de no reír. Quien le dijo mi nombre ? Y en ese momento me sorprendí, porque nosotros nunca nos presentamos. Como averiguaste mi nombre Vladimir ? A quién se lo habrás preguntado? Siempre tuve esa duda, pero no quería saber la respuesta todavía, si no hasta que un día ya viejos se lo contarás a nuestros nietos. Y sí, nietos, así de segura estaba de nuestro amor.
-Ah vale, entonces me voy.
-Espera, iremos por un helado, hay muchas cosas que hacer en una hora. - Ese fuiste tú, tomando me del hombro y apuntando a la zona de juegos. Nos dirigimos allá, yo iba atrás de ustedes, y no se si es porque era la primera vez que te vi en ropa casual, pero esa camisa negra hacia tu espalda verse tan atractiva. Y cuando te volteabas a verme de reojo, tus ojos me penetraban completamente. Me sentía perdida.
Juegos, nieve, cine, bromas y otras cosas, fueran la combinación de esa tarde. Me la pase increíble, hablamos como nunca, lo tres. Estoy segura que los había visto antes en la escuela, pero nunca les preste atención, ni si quiera a ti. No fue hasta esa noche que llegue a mi casa, que me recosté y visualicé tu sonrisa, sentí algo cálido en el pecho, y no paraba de sonreír.
Y al día siguiente seguían ahí, comimos juntos, hablamos e hicimos más planes para el fin. Y así pasaron los siguientes días, y los siguientes meses. Y fuiste trayendo más cosas a mi vida. Más recuerdos.
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¿Es este un final feliz?
Short StoryUn historia trágica acerca de cómo cambian las personas en una relación.