"Eres terrible en esto... aunque debo admitir que es divertido verte intentarlo"
Gwangju, Corea Del Sur Noviembre 1995
El viento frío golpeaba el rostro de SeokJin que lo hizo temblar levemente aun con su gran suéter blanco. Estaba saliendo de su casa con su pelota en mano y su primera raqueta de Tenis que su madre logró comprarle después de su insistencia y miles de berrinches que tuvo que hacer para obtenerla. Amaba jugar Tenis, después de que el esposo de su tía le había enseñado a jugar ya no podía detenerse y aunque el clima en ese momento le hacía congelar hasta las pestañas, no podía esperar a estrenar su nueva raqueta.
Escuchó el chillido de ruedas acercarse con rapidez hacía él, anunciando que su madre estaba viniendo, lo que hizo que apretara con toda la fuerza que tenía en sus pequeñas manos la raqueta y la pelota por si ella se las arrebataba, pero sólo tocó su hombro suavemente.
—No te vayas tan lejos, hasta la cancha esa que está allá— le señaló la cancha— donde están esos niños jugando, no pelees con nadie, SeokJin, no quiero que otra mamá irrumpa en mi casa para decirme que le golpeaste el culo a un niño.— dijo seria, pues el castaño nunca la había visto bromear o algo parecido. SeokJin asintió con indiferencia, queriendo correr a jugar de una vez.
—Mamá, ¿Cuándo vendrá el papá de Tae? extraño jugar con él, es muy divertido— preguntó inocentemente a su madre que lo miró con una dura expresión que aunque Jin siempre peleaba con ella en caso de que ella empezara con sus cosas, aún así le tenía cierto miedo, pues era un niño de siete años, quería el amor de su madre.
—Ese idiota no vendrá más Jin, ni él ni el resto de su familia— dijo sin mirarlo. Jin frunció el ceño confundido— Esa gente nos ha hecho mucho daño aunque no te des cuenta y... Taehyung rompió tu figurita de Dooly, ese dinosaurio verde— SeokJin entreabrió su boquita, el alma pareciera que se había ido de su cuerpo porque amaba esa figurita que había comprado con sus ahorros— Hace unos días que sabes que vino a jugar contigo, dijo cosas espantosas sobre ti; como que era aburrido jugar contigo, que eras insoportable y que odiaba venir.
A SeokJin se le encogió el corazón y pequeñas lágrimas empezaron a brotar de su rostro, pues consideraba a Taehyung más que su primo, su mejor amigo, y que él haya dicho esas cosas de él le rompía el corazón. Arrugó su boquita y miró determinado a su madre.
—¡Mientes! Taehyung nunca diría eso, ¡siempre mientes! apuesto que le dijiste cosas feas a su familia para que no viniera— dijo con su cara rojiza por la rabia y la tristeza, mientras hacía pucheros e intentaba parar las lágrimas rebeldes que salían de sus ojos. Su madre lo miró mordiendo su mejilla interna.
—¿Por qué te mentiría, Jin? si es que la madre de Taehyung es mi hermana— dijo simple y Jin tapó su rostro, tirando su pelota y su raqueta, la pelota rodando lejos.
—¡No tengo amigos por tu culpa!
—¡Si no me crees entonces por qué tus cosas favoritas están rotas, SeokJin!
Jin la miró asustado y corrió a su cuarto y empezó a buscar sus figuritas que coleccionaba, pues casi siempre no las encontraba porque su cuarto siempre estaba desordenado pero vio un trozo de porcelana verde bajo una manta de Batman y tiró la manta para ver a su Dooly destruido, junto a su colección de figuritas de porcelana. Las lágrimas empezaron a brotar naturalmente de sus ojos no pudiendo evitar los sollozos. Su madre lo miraba desde la puerta de su cuarto sin ninguna expresión, viéndolo arrodillado, sollozando sobre las partes rotas de sus figuras.

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¡Qué gane el mejor!- [Jinkook]
FanfictionGwangju, Corea del Sur. Año 2005. Jeon Seokjin y Kim Jungkook lo han competido todo: las calificaciones, los trofeos, la atención... y el corazón de todos los que los rodean. En la cancha de tenis, son leyendas. Fuera de ella, son un choque constant...