¿El paquete de Dom?

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Deckard

Deckard despertó con un fuerte dolor de cabeza y la sensación incómoda de estar siendo vigilado. Parpadeó varias veces, intentando enfocar su vista. Lo primero que notó fue el techo de una ambulancia en movimiento y, sentado junto a él, una figura conocida: su madre, Magdalene Shaw, perfectamente arreglada, como si acabara de salir de una gala en lugar de estar al lado de un hijo herido.

Deckard: ¿Mamá? ¿Qué demonios estás haciendo aquí? - dijo frotándose los ojos.

Magdalene: Salvándote, como siempre. Alguien tenía que hacerlo, cariño. soltó con una sonrisa despreocupada.

Deckard: ¿Cómo saliste de prisión? - intentó sentarse.

Magdalene: Oh, ya sabes, tengo mis contactos. Y un poco de encanto nunca viene mal.

Deckard: ¿Le guiñaste un ojo a medio Scotland Yard otra vez?

Magdalene: Por supuesto que no. - dijo ofendida - Esta vez fue mucho más sofisticado. Esas clases de actuación que tomé en los 80 finalmente dieron frutos.

Deckard la miró incrédulo, pero decidió no preguntar más. Algo en su mente lo hacía recordar a Grace.

Deckard: ¿Y Grace? ¿Ella sabe que estoy... ya sabes, no muerto?

Magdalene levantó una ceja, divertida.

Magdalene: Así que Grace, ¿eh? Qué interesante. Nunca pensé que volverías a mencionar ese nombre después de todo lo que pasó.

Deckard: No empieces. - suspiró molesto - Esto es complicado, ¿vale?

Magdalene: Claro, claro. Complicado. - dijo burlándose - Como cuando tenías 20 años y te pasabas horas tratando de impresionarla.

Deckard: ¿Vamos a hablar de eso o del hecho de que Toretto me disparó? - dijo cruzándose de brazos.

Magdalene: Bueno, si insistes en cambiar de tema... Toretto tiene un buen plan, ¿sabes?

Deckard la miró con sospecha, sabiendo que siempre había un giro con su madre.

Deckard: ¿Qué plan?

Magdalene: Fingir tu muerte para infiltrarte en el avión de Cipher. - sonrió o astutamente - Una jugada brillante, si me preguntas.

Deckard: Claro, brillante - dijo con sarcasmo - Excepto por el pequeño detalle de que ahora todo el mundo piensa que estoy muerto.

Magdalene: Oh, no te pongas dramático. Lo haces muy bien para mantener a todos en tensión.

Deckard estaba a punto de replicar cuando ella cambió repentinamente su expresión a una más seria.

Magdalene: Hablando de eso, necesitarás ayuda para esta misión.

Deckard: No. No metas a Owen en esto, puedo hacerlo yo solo.

Magdalene: ¿Por qué no? - sus ojos empezaron a brillar, señal de que las lágrimas no tardarían mucho en salir - ¡Es tu hermano! ¡La familia siempre trabaja mejor junta!

Deckard: Mamá, la última vez que trabajamos juntos casi termina con una explosión que nos dejó sin cejas por meses.

Magdalene: ¡Oh, Deckard! ¿Es así como hablas de tu querido hermano? - soltó indignada.

Todo lo que nunca tuviste....Donde viven las historias. Descúbrelo ahora