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Won maldijo, quitándose la camisa y desabrochándose el cinturón. Mingyu dejó caer sus jeans, distrayéndolo de nuevo. El asesino no usaba ropa interior. La mandíbula de Won casi se cae cuando vio al monstruo colgando entre las piernas de Mingyu. Maldita sea... ¿Qué tan grande era Mingyu?

—Aunque aprecio que estés boquiabierto con mi paquete, cachorro. Hazlo en otro momento, después de sacar nuestros peludos culos de este agujero de mierda.

—La perra está cerca, —era la voz fuerte y triunfante de Kihyun.

Mingyu comenzó a cambiar. En segundos, el lobo negro azabache más grande que Won había visto, reemplazó al hombre. La velocidad con la que Mingyu cambió entre lobo y humano asombró a Won. Solo los Alfas podrían lograr algo así. ¿Por qué un poderoso shifter como Mingyu estaría contento trabajando solo, cuando podría liderar una manada?

Los arbustos crujieron detrás de ellos. Botas y patas crujían sobre hojas secas. Un par de perros asomaron la cabeza fuera del follaje, estirándose contra sus correas.

Maldición. Las preguntas después. Won no debería haber desperdiciado esos últimos preciosos segundos hostigando al hombre pagado para mantenerlo con vida.

—Ahí estás, pequeña perra. Hice con mi hermano una apuesta de que huirías. Parece que puedo jugar contigo antes de que Kang te arruine. —Se burló Kihyun.

Un borrón negro empujó a Won hacia un lado, apresurándolo. Mingyu dejó escapar un escalofriante aullido de desafío que hizo que sus dos hermanastros hicieran una pausa. Buen momento también, porque Won vio el rifle de caza que Kihyun llevaba consigo.

—Diablos, ¿quién es ese? Mira su tamaño, —preguntó Kihyun.

Joohoney puso una mano de advertencia sobre el hombro de su hermano y miró a Mingyu a los ojos. —No quieres problemas con nosotros, lobo. Además, ¿qué diría tu Alfa una vez que descubra que uno de sus lobos se está deshaciendo de su nuevo lobo reproductor?

Cometieron el mismo error que Won. Recordó que Hyungwon le había dicho una vez con orgullo que Kang había reunido poderosos hombres lobo para unirse a su manada. Kang les pagó para quedarse, pero la lealtad no se podía comprar. ¿Fue por eso que Kihyun saltó a la conclusión de que Mingyu era parte de la manada de Kang?

Mingyu no respondió, simplemente se balanceó de lado a lado, bloqueando la vista del hermano de Won.

Concéntrate en cambiar. Finalmente, sin ropa, Won buscó desesperadamente a su lobo. El cambio vino lentamente al principio. Won nunca funcionó bien bajo presión. La piel cubría sus brazos y piernas. Maldición. A este ritmo, no saldrían vivos de esto.

—Hermano, no creo que el imbécil sea capaz de escuchar de razones, —argumentó Joohoney—. Hagamos que los perros lo ataquen.

—No. —Kihyun agarró las correas antes de que Joohoney soltara a los perros—. Si accidentalmente matamos al jodido, Kang no estaría feliz.

—Kang se enfadará una vez que descubra que uno de sus lobos se llevó su premio. —La sangre de Won se volvió fría cuando Kihyun lo consideró—. Hermano, adelante. Libera a los perros, —dijo su hermanastro.

Mingyu lo empujó de nuevo, hacia la dirección del bosque.

¿Estaba el asesino loco?  Won no había completado el cambio, pero estar atascado en medio hombre y medio bestia era mejor que cualquier otra cosa. Gruñendo, Mingyu le dio otro empujón violento, sus ojos amarillos se estrecharon. La mirada le dijo a Won que era mejor que comenzara a correr o que lo pagaría más adelante una vez que Mingyu regresara.

cinderella | mwDonde viven las historias. Descúbrelo ahora