Capitulo único: Infección en el Calabozo

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El clima no era precisamente mi mejor aliado. Contemplaba la lluvia a través de la ventana, pero en lugar de encontrar belleza en el paisaje, me invadía una sensación de distancia.

Cada gota que caía parecía arrastrar recuerdos, llenando el aire con una melancolía que no podía ignorar.

El sonido constante de la lluvia golpeando la ventana era como una sinfonía triste, como si las gotas contaran historias que solo aquellos dispuestos a escuchar podrían entender. Me sentía atrapado en esos ecos del pasado, pero intenté sacudirme de esos pensamientos.

Tenía trabajo por hacer.

Miré el cuaderno abierto sobre la mesa, las páginas en blanco esperando a ser llenadas, cuando escuché una explosión a lo lejos. Otra vez.

La ciudad calabozo últimamente estaba llena de esos sonidos, pero el Gremio de Aventureros insistía en que no había nada de qué preocuparse. ¡Están locos si creen que les voy a hacer caso!

Otro crack resonó en la distancia, más fuerte esta vez. Si la gente se atreviera a abrir los ojos, se darían cuenta de que la realidad misma se estaba desmoronando.

La verdad que nos cuentan es una mentira, pero prefieren ser ignorantes a enfrentarse a la realidad. No puedo culparlos del todo. Yo también cometí ese error.

No soy un héroe ni un guerrero. No soy ni siquiera un mago. Soy un investigador, y lo más irónico es que trabajo para el Gremio de Aventureros que tanto odio.

Soy Bell Cranel, y aparentemente el único que sabe que esta ciudad está condenada.

- Bell, ¿Terminaste el papeleo de tu investigación? - La voz de Eina Tulle me sacó bruscamente de mis pensamientos.

Eina había sido promovida recientemente a Líder de la Comisión Investigación de Piedras Mágicas, y desde entonces parecía disfrutar un poco demasiado de su nuevo poder. Un puesto que, para mí, era absurdo. No quería que ella, especialmente ella, estuviera husmeando en mi investigación, pero ese era su trabajo.

- Justo estaba escribiendo mi avance, quería pregunt-

¡Crack!

Otra explosión interrumpió nuestras palabras. Esta vez más cerca.

- ¡Ay! Últimamente se han vuelto más frecuentes las explosiones del calabozo - murmuró ella, molesta.

- Supongo que sí - respondí, aunque mi tono dejaba claro que esperaba que se fuera. Su presencia me resultaba incómoda.

- ¿Por qué me miras así?

- Estaba esperando que te fueras...

El ambiente entre nosotros se volvió tenso. Cruzó los brazos y arqueó una ceja, visiblemente sorprendida, debatiendo entre molestarse o dejarlo pasar.

- Sabes que tengo que estar al tanto de cualquier desarrollo relacionado con tu investigación como Jefe - dijo con firmeza, tratando de mantener su autoridad, aunque noté que mi comentario le había afectado.

- Lo sé - dije, sin emoción - Pero también sabes que prefiero trabajar solo.

Eina suspiró, claramente frustrada. Caminó hacia mi escritorio, echando un vistazo a mis notas y los frascos de esencia mágica que había dispersos.

- Deberías tener más cuidado, especialmente si las explosiones están aumentando. No es el mejor momento para hacer experimentos sin supervisión.

Rodé los ojos. Sabía que tenía razón, pero no iba a admitirlo.

- Tú haz lo tuyo y yo haré lo mío, ¿Sí?

Danmachi: Infección en el CalabozoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora