(Perspectiva Law)
La luz pálida del atardecer entraba tímidamente por las persianas entreabiertas, pintando la habitación de un tono dorado y melancólico. El constante pitido del monitor cardíaco era el único sonido que rompía el silencio sepulcral. Yo, Trafalgar D. Water Law, apenas tenía ocho años, y ya me encontraba atrapado en ese cuarto blanco y estéril del hospital, con un corazón que amenazaba con fallar en cualquier momento.
Me habían dicho que debía descansar, pero descansar se había convertido en una tortura. Cerraba los ojos e imaginaba un mundo donde mi corazón latía fuerte y seguro, pero la realidad siempre se imponía con su cruel indiferencia. Estaba solo, o al menos eso creía hasta ese momento.
De repente, la puerta de mi habitación se abrió de golpe, haciendo que el ruido del pasillo entrara como una ráfaga. Un niño, más pequeño que yo, de unos seis años, apareció en el umbral. Tenía el cabello negro despeinado y unos ojos enormes llenos de una energía desbordante, todo lo contrario a mi, de pelo negro y ojos cansados y apagados. Sin previo aviso, se lanzó hacia mi cama con una sonrisa que podría iluminar el lugar más oscuro.
—¡Hola! —exclamó con una voz llena de entusiasmo—. ¡Soy Monkey D. Luffy!
Le miré, perplejo. No entendía cómo alguien podía tener tanta vitalidad en un sitio como aquel. Era como si no perteneciera a ese mundo gris y frío.
—Soy Trafalgar Law... —respondí con voz baja, casi inaudible.
Luffy no parecía afectado por mi falta de entusiasmo. Se subió a la cama a mi lado, haciendo que todo el colchón se moviera.
—¿Por qué estás aquí? —preguntó, inclinando la cabeza con curiosidad.
Suspiré y miré al techo, tratando de encontrar la manera más sencilla de explicar mi situación.
—Tengo problemas de corazón —dije como si fuera un susurro.
El más joven frunció el ceño por un momento, pero su expresión volvió a iluminarse casi al instante.
—No te preocupes, Torao. ¡Voy a hacerte compañía! —anunció, como si fuera la solución más obvia del mundo.
En ese momento, algo en mi interior comenzó a cambiar. Quizás era la calidez de su presencia, o tal vez su inquebrantable optimismo, pero por primera vez en mucho tiempo, sentí una chispa de esperanza.
Los días siguientes pasaron en una especie de torbellino de emociones. Luffy estaba siempre a mi lado, llenando la habitación con historias absurdas y sueños imposibles. Hablaba de convertirse en el rey de los piratas, de aventuras en el mar y tesoros escondidos. A su lado, mis problemas de salud parecían menos abrumadores.
Así fue como, en la fría habitación del hospital, conocí a Monkey D. Luffy. Y aunque ninguno de los dos lo sabía en ese momento, ese encuentro cambiaría nuestras vidas para siempre.
Desde el momento en que conocí a Luffy. Lo que antes eran interminables horas de soledad se transformaron en días llenos de aventuras imaginarias y risas sinceras. Aunque estábamos encerrados en la fría habitación del hospital, para nosotros era como si estuviéramos en alta mar, navegando en busca de tesoros escondidos y enfrentándonos a piratas enemigos.
Luffy venía todos los días sin falta. Llegaba con su energía inagotable y una imaginación que no conocía límites. Me hablaba de los cuentos que había leído, de sus sueños y de su anhelo por convertirse en el rey de los piratas. Con cada relato, mi propio deseo de vivir y vencer mi enfermedad crecía.
...
Una tarde, mientras la luz del sol se desvanecía, Luffy apareció con una enorme sonrisa en su rostro.
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¿Me recuerdas? (Lawlu AU)
Teen FictionEs un AU moderno de One Piece. El protagonista es Law junto a Luffy. La historia comienza en un hospital, donde se conocieron. 10 años más tarde, se vuelven a reencontrar, pero hay un problema, Luffy no recuerda a Law. ...