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Junto a los chicos fuimos al gimnasio como parte de nuestra rutina, un pequeño entrenamiento antes del concierto. Ellos estaban completamente motivados, pero claramente no estaban preparados para lo que les esperaba. Apenas entramos, los chicos empezaron a calentar, y como ya era costumbre, llamaron a un personal trainer para que los guiara en su rutina de fuerza y resistencia. Mientras tanto, yo saqué mi colchoneta de yoga, me aparté un poco de ellos y me acomodé en un rincón, sintiendo el ambiente relajante del espacio que había creado para mí.
—Muy bien, chicos, sigan con esas repeticiones. ¡Mantengan la postura, eso es clave!.— dijo el entrenador, un hombre de gran tamaño y con una voz firme, mientras miraba a los chicos que, en su mayoría, estaban luchando por mantener su forma correcta.
Los chicos, sin embargo, no parecían tener mucho éxito con las repeticiones. Su esfuerzo se reflejaba en sus caras de frustración.
—¡Ugh, siento que mis músculos ya no responden!.— gritó Chris, claramente agotado.
—Esto está siendo más duro de lo que pensaba....— se quejó Minho, quien luchaba por mantener la postura.
—No sé si aguanto más de esto, ¡mis piernas ya no dan más!.— Changbin apretó los ojos mientras intentaba seguir el ritmo.
El ambiente estaba lleno de sudor y de quejas, pero también de un ánimo increíble. Hyunjin, como siempre, no perdió la oportunidad de hacer un comentario divertido, aunque no menos sincero.
—¿Esto afectará mi rendimiento en el concierto de mañana? ¡Esto está matándome!.— se quejó, pero al ver la cara de los demás, no pude evitar reírme ante su comentario.
—¿Como van, chicos?.— dije mientras mantenía una de mis piernas en el aire, con la misma gracia y control que me caracterizaba en mis rutinas de yoga y pilates —Están viendo lo que estoy haciendo, ¿verdad?.— les pregunté, casi burlándome de lo fáciles que parecían los movimientos que estaba haciendo en comparación con sus esfuerzos.
—¿Eso? Parece fácil.— el entrenador abrió los ojos sorprendido mientras veía mi postura —¡Lo que estamos haciendo nosotros es mucho más intenso!.— agregó, mirando a los chicos con orgullo.
—Sí Mimi, ¿en serio eso es todo? No parece tan difícil, es solo... estirarse.— Minho imitó mi postura por unos segundos, pero rápidamente perdió el equilibrio.
—¡Eso es demasiado tranquilo, Danielle!.— Changbin se rió mientras intentaba poner su cuerpo en una postura similar.
—¿De verdad creen que es fácil? Prueben hacerlo y compruebenlo.— les dije, sonriendo mientras cambiaba de postura, desafiándolos a que intentaran hacer lo mismo.
—¡Vamos a probarlo! Si es tan fácil como dices, no nos costará nada.— dijo Hyunjin, decidido a demostrar que podía hacerlo. Sin embargo, el entrenador no parecía muy confiado en su capacidad para lograrlo.
—¡Eso quiero ver! Están a punto de rendirse.— dije, sin ocultar la diversión que me causaba verlos tan decididos a probar algo tan aparentemente sencillo.
El entrenador los miró con asombro, claramente divertido por su valentía, aunque un poco preocupado por lo que podrían experimentar. Me levanté para enseñarles una postura básica de pilates, que normalmente solía practicar con mi grupo. Después de que todos se sentaron en sus colchonetas, el entrenador se acomodó junto a ellos para observar cómo intentaban imitar las posturas más sencillas que me habían enseñado en clases de pilates.
—Esto... esto no es tan fácil como pensaba.— dijo Chris, luchando por mantener el equilibrio mientras sus músculos se tensaban.
—¡Mis piernas están temblando! ¿Cómo lo haces tan bien, Danielle?.— preguntó Minho, tratando de mantener la postura mientras su entrenador le daba pequeños consejos para mejorar su equilibrio.
—Esto... está mucho más difícil de lo que imaginaba.— Changbin fingió una sonrisa mientras sus piernas temblaban. Parecía estar al borde de la rendición, pero su orgullo lo mantenía en pie.
—Creo que ya estoy listo para regresar a los ejercicios de antes.— dijo Hyunjin, completamente agotado y cubierto de sudor, mientras el entrenador reía ante la situación.
—¿Ven? Pilates no es solo estirarse. Es control, equilibrio y fuerza. ¡Lo estoy diciendo!.— dije, manteniendo la posición con facilidad, mientras me reía del esfuerzo evidente de los chicos.
—Nunca pensé que diría esto, pero... ¡prefiero los ejercicios convencionales!.— dijo Minho, tirado en el suelo mientras trataba de recuperar la respiración.
—Sí, yo también. Esto es demasiado para hoy.— agregó Chris, sentándose en el suelo con los ojos cerrados mientras intentaba calmar su respiración.
—¿Seguro que es solo pilates lo que haces, Danielle? ¡Parece una tortura!.— Changbin masajeaba sus piernas con frustración, sintiendo el agotamiento de una actividad que parecía mucho más sencilla de lo que en realidad era.
—No es tortura, ¡es entrenamiento avanzado! Pero está bien, si prefieren lo tradicional, no los culpo.— cambié a otra postura con agilidad, haciéndolos suspirar asombrados mientras me observaban.
—Definitivamente vamos a seguir con lo nuestro.— Hyunjin dejó caer su cabeza hacia atrás, claramente sin energía para continuar con las posturas de pilates.
—¡Sí! Aunque no me molestaría ir a una clase de principiantes de pilates.— dijo el líder, un tanto derrotado por la experiencia.
—¡Tengan cuidado, que el pilates se convierte en una adicción!— advertí entre risas, disfrutando al ver su cansancio.
Poco después, los chicos volvieron a sus máquinas de entrenamiento, regresando a su zona de confort. Parecían agradecidos por haber probado algo nuevo, pero con una nueva apreciación por lo que significaba mantener el control sobre el cuerpo y los músculos.
—¿Por qué no nos dijiste que eran así de difíciles?.— preguntó Chris al entrenador, mientras éste se reía con diversión.
—Nunca me dejaron hablar....— el entrenador rió, aparentemente disfrutando de la situación —Mi esposa hace pilates y me llevó a una clase... no pude caminar por dos días. Si... no miren en menos a los pilates. Son una máquina de tortura.— dijo avergonzado al recordar el momento.
—¡Lo sé!.— dijeron al unísono los chicos, completamente derrotados. Yo solo reí ante su sinceridad, sabiendo que, aunque no lo admitieran, cada uno de ellos había aprendido algo nuevo sobre el entrenamiento de cuerpo completo.
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