3 de mayo de 1991.
Sorelia estaba triste porque Namjoon se iba, por poco usaba un par de lágrimas para chantajearlo y que se quedara, pero no llegaba a atreverse. Entendía que sería un viaje rápido como los de costumbre, tan solo iría por el mercado de la semana y algo de gasolina, sin embargo, detestaba cuando ocurría, incluso cuando se trataba de unas cuantas horas nada más, serían esas terribles horas sin su amado Namjoon.
Desde el campo que habitaba lo veía subirse a su camioneta, él le lanzaba unos besos en el aire que ella procuraba atajar, y como respuesta se señaló así misma e hizo un corazón con sus dedos para enviárselo, ambos tenían entendido su connotación, un te amo —gesto que ella había creado para decírselo de esa forma—. Él se lo devolvió del mismo modo y ella se abrazó a sí misma sonriendo, le encantaba que se lo dijera.
Porque lo amaba, y lo amaba muchísimo.
Quizá demasiado.
Namjoon se despidió de ella diciéndoselo con los labios y ella lo repitió de la misma manera, no importaba cuánto se lo diera, ella siempre lo quería ver u oír.
Entonces ella sacudió su mano en el aire y le envió un besito que lo hizo sonreír, Namjoon jamás pensó que las cursilerías irían con él, pero ahí estaba, agarrando piquitos imaginarios de un maravilloso ser de quien solo él tenía el conocimiento, aunque francamente eso había dejado de interesarle.
Encendió el motor de la camioneta y le echó un último vistazo a su bella ninfa, le guiñó un ojo antes de irse y se dirigió al centro del pueblo. Ahí se encargó de lo necesario, hizo el mercado de costumbre e incluso compró flores para ella, lo que seguramente era la peor tontería de todas, pero a ella le encantaban. Finalmente, y con todo listo, se regresó a la cabaña.
Sin embargo, desde la distancia supo que se encontraría con lo peor.
Un humo negro y espeso lo indicaba, y más adelante pudo confirmarlo.
Bomberos se habían adueñado del área en el que vivía, roceaban con sus mangueras el poco fuego que quedaba a su vez que Namjoon no quería terminar de entender lo que acontecía, pero no se necesitaba de un genio para hacerlo. Había ocurrido un espantoso incendio mientras él se había ido; y ahora, ese campo que conocía bien había quedado reducido a cenizas.
Y con él, su dulce Sorelia.
Porque no habría ninfa en el mundo que pudiera sobrevivir a eso, lo había investigado, cuando el habitad natural de alguna de ellas sufría algún daño castástrofico el espíritu en la zona moría también. Debido a lo cual, Namjoon apenas podía contenerse, su respiración estaba agitada y una ira incontenible se apoderaba de él, del mismo modo en la que unas enormes ganas de llorar además lo hacían.
Golpeó el volante varias veces e hizo lo imposible para no sucumbir ante el llanto. Después, uno de los bomberos se acercó a la camioneta para poder hablar con él un segundo.
—Disculpe, ¿vive por aquí?
Tras controlarse, lo miró.
—Sí, aquella es mi cabaña. —La señaló—. ¿Qué demonios pasó?
—Unos adolescentes comenzaron a jugar con un encendedor y ya no hubo marcha atrás, dicen que intentaron apagarlo, pero el fuego se apoderó del campo rápidamente —explicó—. Lo bueno es que no alcanzó la cabaña, puede acercarse a ella si gusta —le indicó y luego lo dejó.
Y con un dolor tan grande naciendo desde su pecho, empezó a llorar sobre el volante de su camioneta.
Ahora sí, ella se había ido.
( 𖧧 🌱 𖧧 )
2.12.24
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Sweet Sorelia » k.nj [ Terminada ]
Fanfic𝗞𝗜𝗠 | Namjoon es un joven de treinta años que busca una vida tranquila a las afueras de la ciudad, pero lo que no sabe es que ahí se encontrará con quien cambiará su vida para siempre. ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ 🍃 ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ ➛ Historia totalmente mía. ➛ No copia...