capítulo 6

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Anti-cristo vs el  ángel caido

Lilith: Finalmente, mi hija entenderá el valor de nuestro legado, de nuestra grandeza. No hay escapatoria; aceptará su papel, tarde o temprano.

Adán permaneció en silencio unos segundos, su mirada fija en ella. Cuando habló, lo hizo con calma, pero cada palabra llevaba el peso de su desdén.

Adán: No estaría tan seguro de eso, Lilith. A veces creo que ni siquiera conoces a tu propia hija. Tú y Lucifer… son la personificación misma del egoísmo, moldeando todo a su imagen, sin importar a quién destruyan en el proceso.

Lilith dejó escapar una risa suave, carente de humor. No había enfado en su rostro, sino una arrogancia tan afilada como una navaja.

Lilith: ¿Y tú sí, Adán? ¿De verdad crees que estás por encima de ese egoísmo? Qué hipócrita. No pretendas que tus dudas son nobleza. Tú no entiendes nada de mi hija. Ella nació para algo grande, algo que trasciende tus moralidades insípidas. Será el Anticristo, el comienzo del nuevo orden.

Adán avanzó un paso hacia ella, su voz más firme ahora, pero con una intensidad contenida.

Adán: ¿Eso es lo que ves en ella? ¿Un título? ¿Un arma para cumplir con tus ambiciones y las de Lucifer? Ella no es solo una profecía, Lilith. Es una persona, y si no lo ves, entonces eres ciega.

Por un instante, el rostro de Lilith pareció tensarse, pero su sonrisa no se desvaneció. Dio un paso hacia él, cerrando la distancia, sus ojos brillando con una peligrosa mezcla de desafío y convicción.

Lilith: ¿Ciega? No, Adán. Veo con absoluta claridad. Mi hija no necesita tus patéticas nociones de humanidad. Está destinada a destruir y a gobernar. Ese es su propósito, su naturaleza. Y si tú no lo entiendes, entonces no eres más que otro obstáculo que ella aplastará cuando llegue el momento.

El silencio se hizo entre ellos, tan denso como la oscuridad que los rodeaba. Adán la observó con una mezcla de tristeza y determinación.

Adán: Tal vez tengas razón… Tal vez yo no lo entienda. Pero si ella es tan grande como tú dices, entonces el único obstáculo aquí eres tú, Lilith. Porque lo que tú llamas destino, yo lo llamo una jaula. Y tu hija merece algo más que eso.

Lilith no respondió de inmediato, pero el fuego en sus ojos se encendió aún más. Aunque no lo admitiera, las palabras de Adán habían tocado un rincón de su mente que ella prefería ignorar.

Pero en ese  Instante se escucho un estruendo que hizo temblar los cimientos del cielo.

Todos se sorprendieron por eso

Gabriel:activen las proyecciones celestiales

Varios angeles escucharon las órdenes de su superior y se mostró una pantalla enorme en el origen del estruendo y para el shock de todos.

Se podía ver a 2 figuras en el cielo identificadas como lucifer y Charlie.

Pero ambos estaban en unas formas amenazantes

Pero ambos estaban en unas formas amenazantes

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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