ÚLTIMA VELA

ENTRA EL FÉNIX/10

-En algún lugar del Nuevo Mundo-

Marco había regresado por unos meses, pero aún no había hecho ningún movimiento. El primer día de su llegada, Marco corrió rápidamente a la cubierta y vio a un hombre gigante sentado en su silla para observar a sus hijos correr por todos lados. Marco estaba temblando, había pasado tanto tiempo desde la última vez que vio a su Capitán a su padre, pero tuvo que contenerse. Marco no quería parecer sospechoso. Pero al final, Barbablanca se había dado cuenta de su actitud inusual, porque cuando Marco se despertaba, se sentaba en su hombro para observar a sus hermanos o daba vueltas como una mamá gallina. Ahora el rubio simplemente se quedó en un solo lugar, quieto y lo miró como si hubiera visto un fantasma mientras temblaba. Esto hizo que el Gigante se preocupara, por lo que le preguntó a Marco si no lo veía.

"¿Qué te pasa hijo? ¿Necesitas algo?"

Pero Marco decidió ocultar su voz temblorosa con una cansada y respondió.

"E-estoy cansada del papeleo, Yoi. No tienes que preocuparte por mí, papá".

"Si tú lo dices, ¿qué tal si vas a la cocina y buscas algo para comer? No necesitas trabajar hoy si no te sientes bien", dijo Barbablanca con un tono preocupado y cariñoso.

"¡S-sí! Lo haré, yoi"

Marco caminó hacia la cocina todavía temblando. Cuando estuvo fuera de la vista de Barbablanca, dejó que algunas lágrimas de sus ojos corrieran por sus mejillas. Habían logrado viajar en el tiempo. Finalmente podrían cambiar el horrible futuro. No estaría solo de nuevo, no se sentiría culpable de nuevo. Marco estaba contento de que no hubiera nadie en el pasillo en este momento, así nadie vería este lado de él. Después de dejar caer todas sus lágrimas, Marco caminó hacia la cocina. Justo cuando pensaba que podría pasar el día fácilmente, Marco vio a Izo, que estaba coqueteando con Thatch. Fue entonces cuando no pudo contenerse más, al ver a todos sus hermanos perdidos y a un hombre al que consideraba su padre después de tanto tiempo. De repente se echó a llorar y comenzó a gritar a todo pulmón. Esto no era tristeza, era verdadera felicidad por volver a verlos. Pero luego se desmayó por todo el llanto y los gritos.

El dúo de enamorados se sorprendió al ver a su hermano derrumbarse de esa manera. Sabían que el fénix siempre trabajaba demasiado, por lo que a veces tenía estrés. Pero esta vez no parecía tan simple, algo grave debe haber sucedido para que el primer comandante se derrumbara y gritara de esa manera.
Cuando Marco cayó de repente al suelo, Thatch lo atrapó de inmediato y lo llevó a la enfermería. Izo luego fue a informar a todos. Thatch estaba muy preocupado por Marco. Esta era la primera vez que había visto al primer comandante ser así. Marco estaba tan mal e incluso tenía lágrimas cayendo por sus mejillas, se veía tan vulnerable. Como su hermano y mejor amigo, Thatch estaba desesperado porque no sabía qué causó que Marco actuará de una manera tan inusual. Más tarde, Izo fue a la enfermería con otros comandantes. Todos estaban preocupados por Marco. Después de un rato, Sheira, una de las enfermeras y sus hermanas, salieron y les dijeron que:

"Marco estaba bien, pero parecía que no había podido dormir bien durante mucho tiempo. Sería mejor que algunos de ustedes compartieran su trabajo a partir de ahora o de lo contrario tendrá otro colapso como el de hoy. Ese hombre ya tiene muchas responsabilidades".

Después de que la enfermera de cabello azul terminó, todos los comandantes habían acordado que compartirían el trabajo de Marco, solo le dejarían hacer su parte. Barbablanca también había acordado que debían dejarlo descansar unos días, pero él mismo sabía que no era solo exceso de trabajo, también lo sabían Thatch e Izo, quienes lo habían visto derrumbarse. Pero no dijeron nada, todos querían esperar a que Marco sanara por completo, luego hablarían de lo ocurrido.