𝐃𝐫𝐚́𝐜𝐮𝐥𝐚 𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤 (𝗸𝗼𝗼𝗸𝗺𝗶𝗻)

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El sol alumbraba en su máximo esplendor, sus hermosas luces chocaban con el gran castillo del empalador Jeon Jungkook y en el interior de ese gran castillo, en el gran salón real, se estaba llevando un gran banquete debido al regreso del empalador y también por el día de pascua, como lo había dicho el esposo del empalador.

El príncipe Jeon Jungkook, junto a su hermoso esposo Park Jimin llegaron al banquete en el gran salón, los dos luciendo sus hermosos trajes de monarca y reyes de ese majestuoso castillo. Todos los transilvanos los recibieron con aplausos y felicidad. Sonrisas sinceras y mucho respeto para sus reyes/emperadores, quienes al igual que ellos les sonrieron y saludaron respeto, respeto que se merecían sus súbditos.

— Mis hermanos transilvanos — se escuchó la voz del mejor amigo de jungkook, Eunwoo, haciendo que todos le prestaran atención — Un brindis de pascua — propuso el brindis — Diez años de paz y prosperidad, desde que nuestro príncipe volvió — decía mientras levantaba su copa y señalaba al empalador Jeon, quien lo observaba con una sonrisa — viejo amigo... por veinte más — dijo lo último levantando su copa.

—¡ Por veinte más!— gritaron todos los presentes en el banquete.

En ese gran salón los transilvanos comían y bebían del grandioso festín una vez Eunwoo terminó de hacer su brindis.  Todos disfrutando de la comida y de la hermosa música. Pero la felicidad les duraría muy poco, ya que en medio de las risas y felicidad de los transilvanos, y del empalador y su esposo... las grandes puertas del salón real fueron abiertas y seis soldados del sultán turco irrumpieron el banquete, adentrándose al salón, el general real del sultán camino en medio del gran salón, llamando la atención de todos y más del príncipe Jungkook quien lo observo detenidamente.

El empalador Jeon Jungkook, se levantó de su trono, esperando que el general llegara un poco más cerca de él. Todos los transilvanos en el salón se pusieron tensos al verlos llegar.

— General Choi, bienvenido — el empalador Jeon Jungkook fue el primero en hablar — No lo esperábamos tan pronto.

— El sultán Metmen segundo, les ofrece saludos a usted y a su hijo — respondió el general.

— Gracias, tengo su tributo listo — contestó el empalador mientras volvía a sentarse en su trono.

Detrás de los soldados que acompañaban al general Choi, unos guardias del empalador jungkook colocaron tres cofres llenos de monedas de oro, que eran el tributo para el sultán.

— mmhf, me temo que hay otro asunto además del tributo que discutir —  mencionó el general, caminando hacia la gran mesa donde el empalador Jeon estaba con su esposo.

— Los turcos no tienen enemigos aquí — respondió el empalador Jeon.

— Creyó que no notariamos la pérdida de un batallón de exploradores? — acusó el general Choi.

— Yo no los maté — contestó calmado el empalador. Mientras le sostenía la mirada fría y calculadora del general.

  *— Aún vive dentro de usted, señor empalador — comenzó el general Choi a hablar en su idioma, el turco — Encerrado en una jaula oscura, oculto.  Pero usted y yo sabemos que ahí está.— terminó por decir mientras en su rostro se formaba una macabra sonrisa.*

— El sultán tendrá su tributo — fue lo único que contestó el empalador jungkook, en el idioma que él y su gente hablaba — carguenlo y váyanse — el general solo sonrió al esposo del empalador y asintió, girandose para irse.