La reunión

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La ubicación cinco era un bar a las afueras de Moscú. El suelo se pegaba al caminar y el olor era una mezcla entre tabaco, alcohol y humanidad que disgustaba hasta al rey. Se sentó en un taburete en la barra, pidió la bebida más fuerte que tuvieran y esperó.

-Que tengáis que elegir vosotros no significa que tenga que ser el sitio más repugnante de la Tierra – dijo una voz a su espalda.

El rey se giró sonriendo satisfecho, frente a él un hombre alto, rubio y bien vestido le miraba con desprecio.

-¡Rafael! – dijo el rey borrando su sonrisa – Debe de ser importante si el cielo envía a un arcángel.

-Lo es, por eso hemos pedido al rey.

-Y aquí esta – dijo orgulloso.

-¿Y mi hermano?

-De vacaciones.

-Le necesitamos.

-Pidió que no se le molestara hasta el apocalipsis. Si quieres ayuda del lado oscuro tendrás que pedírmela a mí.

Rafael hizo una mueca de disgusto, ver a su hermano le parecía una tortura pero tratar con un demonio con el ego hinchado iba a ser demasiado. Pensó en sentarse pero prefirió no hacerlo cuando vio el taburete.

-Hemos perdido a Eva.

-¿A Eva? ¿Y qué cojones hacia Eva fuera del cielo?

-Cuidadito con el tono – amenazó el ángel – yo no soy ningún demonio de tres al cuarto al que puedas gritar.

El rey se retiró un poco en su asiento.

-Fue parte del trato – explicó Rafael – Una vez por siglo puede ver a sus hijos.

-¿Qué trato es ese?

-Creía que eras el rey – se burló el arcángel – ¿Te suena algo llamado segunda guerra mundial?

El ahora rey recordaba bien aquella época. Al principio todo era diversión, las guerras siempre son divertidas, pero aquello se descontrolo. Por aquel entonces él solo era un demonio recogealmas mas y no se le permitió asistir a la reunión, pero todo se sabe en el infierno. Cuando ambas partes vieron que la humanidad se dirigía a su destrucción y que no habría almas para nadie, se reunieron y pidieron a Eva que intercediera. Como madre de la humanidad, tenía una capacidad para convencerles y con los aliados por fin de acuerdo la situación volvió poco a poco a la normalidad.

-No sabía que hubiese exigido nada.

-Pues lo hizo.

-¿Y ha esperado hasta hoy?

-Dijo que quería que el mundo se recuperara de la guerra.

-¿Y cómo la habéis perdido? – dijo el rey en tono suave.

-Envié a dos ángeles para protegerla, tenían que volver esta noche, cuando he ido a ver porque no volvían me los he encontrado muertos y Eva no estaba.

-¿Por qué se escaparía Eva? No tiene sentido.

-No, no lo tiene

-¿Creéis que alguien se la llevó? – Rafael asintió - ¿Alguna idea de quién?

-Una.

El rey se apoyó en la barra, contempló un momento la expresión seria del arcángel, cogió el vaso que le había traído el camarero y lo apuró.

-Vale, vamos a buscar a Lucifer.

Rafael salió del bar con paso decidido, seguido por el rey y ambos desaparecieron.

EvaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora