El Miedo

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Capitulo 4: el miedo

13 de abril de 2014, 14:42h

Ya no quería informarme como antes de la cifra de muertos e infectados, sabía que seguiría pero cuando pararía esta epidemia, no se sabe nada de alguna posible cura o vacuna, pero los gobiernos no son tontos, realmente la están buscando.

Me arrepentí por haberle contestado a mi padre de esa manera ayer, realmente no quise decírselo, supongo que se me salió de la bocota por el enojo que sentía en ese instante.

Cuando aún seguía jugando en mi computadora mi padre llego sin resentimiento alguno de ayer diciéndome

- David iré al supermercado, ¿no quieres acompañarme?

- Si, no tengo nada que hacer además de jugar.

Acompañe a mi padre pues me sentía muy mal por lo que le dije y quería pedirle perdón en el momento exacto.

Al momento en que nos encontrábamos en la camioneta me seguía quedando una gran duda

- Oye papa pero ¿Qué compraremos?

- Ya sabes, comida, agua y algunas provisiones de la hoja de cuarentena

-¿hoja de cuarentena?

- si, ayer me dieron en el plantel una hoja con las cosas que debo comprar

-vaya, realmente no quieren que salgamos

- no, no quieren mas infectados

- oye, por lo de ayer quería pedirte perdón, realmente te conteste de esa manera muy mala pero créeme no quería

- está bien hijo, sabes yo me enojaba así con tu abuelo cuando él me quitaba mi guitarra, era gracioso, pero te perdono, no hay problema.

- gracias – conteste muy alegre

En el supermercado todo era desesperante, gente salía y entraba con comida, agua, medicinas, e incluso armas al fin y acabo los presos de las cárceles no son los encerrados serán los inocentes mismos en sus casas con la preocupación de criminales robándoles las cosas cuando algo se salga de control.

Aun mi padre y yo seguíamos dentro de la camioneta, algunas personas nos observaban de una manera amenazante, no sabíamos sus intenciones. Una vez escuche que la gente cuando está desesperada es cuando más les ocurren sus miedos.

Esperamos un tiempo para que la gente se dispersara, mi padre veía de un lado hacia otro, fijándose que no le preparan una emboscada al salir de la camioneta. Por suerte se han ido

-ten David, es un cubrebocas con filtro especializado la saliva de los infectados a través de los tosidos y estornudos no llegara a tu organismo o al menos así se por mis hipótesis.

- si papa, no te preocupes estaré bien, enserio

- bien, escúchame con mucha atención, no sabemos quienes están infectados, quienes te intentaran robar tus pertenencias o bien, quienes son los que realmente no están mal.

-okey, entremos

En la puerta de vidrio, por poco me tira un imbécil que salió corriendo con un carrito de metal lleno de alimentos enlatados, no me dio importancia y seguí ingresando a lo que era el supermercado.

Muchos se mostraban nerviosos, y rara vez se veía a alguien muy tranquilo. La pandemia no nos está infectando en nuestro cuerpo sino en nuestra mente, gente está infectada pero hay otros que no y estos no se mueren con la infección más bien con su preocupación de saqueos, bandidos, y morir por enfermarse. En este mundo o matas o mueres, cazas o eres cazado.

Me separe de mi padre, el confía en que puedo cuidarme, en mi secundaria me lleve la victoria dos veces en unas peleas y en las cuales me lleve serios problemas con muchas personas. En los pasillos del supermercado intento buscar uno en especifico, quizás el de dulcería, helados u otros lujos al paladar pero en vez de eso llegue al de campamento y pesca. En este hay de todo para un buen campamento no cumplido. Intento buscar algo útil ante cualquier caso, me llevo unas cuantas bengalas, luces liquidas, barras energéticas, una tienda de campaña y un hacha que escondí muy bien debajo de las cosas de mi carrito, pero yo sentía que algo mas faltaba así que tome todo esto

-3 paquetes de luces liquidas con 4 barras lumínicas

-el hacha

- un cuchillo de supervivencia Gerber

- 5 bengalas rojas

-4 mochilas regulares de campamento

-5 barras de energía alimenticias

-una tienda de campaña para 4 personas

-impermeables

Sé que fue mucho para el presupuesto de mi padre pero esto que llevo es algo muy necesario, no sé que haya puesto él en su carro pero supongo que fue algo necesario

Al momento de que me dirijo a la caja encuentro a mi padre con mas cosas que yo, me da un abrazo de encuentro y me pregunta algo nervioso

-¿nadie te llamo?

-no

-¿Toco?

-no

-¿acerco?

-no

-alguien te pregunto...

-¡NO!, papa estoy perfectamente bien si te refieres a todo lo que me mencionaste

-okey, será mejor que nos vayamos rápido de aquí

-claro pero tranquilo

-no, un hombre me amenazo con una navaja, por suerte había un policía atrás mío.

Nuestro ProjimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora