Un cuaderno de tristes relatos.

8 0 0
                                    

Desde que Michael intentó atacar a Assia, ella pasaba precavida junto con bate.
Ahora habían dos situaciones: las mujeres le temían más y los hombres hablaban más.
Andaba a todos lados con un largo bolso que tenía en su interior el instrumento y que permitía un fácil acceso por si alguna emergencia se presentara y no hubiera cremallera que se trabara o algo.
Ya estaba a dos horas de finalizar las clases, la chica acomodó su camiseta para entrar a la clase de la profesora Meggan, una mujer que de lejos se veía como esas señoras amargadas que tienen problemas en su casa y luego vienen a descargar sus dificultades con los alumnos.
De esas viejas que intentan disimular las ojeras con un polvo barato que las resaltan mas y el obvio mal maquillado en un auto.
Saludó con un gesto de la cabeza a la profesora la cual frunció el ceño sentándose en su escritorio; sacó unos marcadores de una vieja bolsa y empezó a explicar alguna temática de su aburrida clase de sociales.
Assia sacó su cuaderno de tapas negras, después de pasar varias hojas rayadas agarró su bolígrafo negro y empezó a escribir tristes relatos.
-señorita walk thomson, esa libreta creo que no pertenece a mi clase-se acercó a la chica y arrebató de sus manos la libreta.
Muy mal idea.
Assia se levantó de un salto, haciendo que la silla se cayera, y mirando fijamente a la profesora y le recitó 4 sencillas pero temibles palabras.
-no toque mi cuaderno.
Los susurros estallaron como burbuja de jabón, "¿va a golpear a la profesora?, ¿sacará el bate?, ¿la va a insultar?" En fin, millones de susurros que ella escuchaba con claridad.
-¿y usted por que cree que voy a hacer caso a sus amenazas?-desde la lejanía se podía observar lo intimidada que se sentía la profesora.
Assia, con su altura de 1.78 asustaba a la indefensa profesora de 1.67, la cual sin más preámbulos dijo:
-vaya a la oficina del director.
-devuélvame el cuaderno-volvió a decir Assia en un tono sumamente seco que no parecía ser dirigido a un profesor.
-vaya a la oficina del director o el próximo año se volverá a sentar en esa silla.
Assia observó a la profesora como si de un objeto diminuto e insignificante se tratara y abandonó el salón.
Ni siquiera fue donde el director, no tenía las ganas de ver el aburrido rostro de cual señor constantemente hablaba con ella con un tono de lastima y tristeza.
Por lo que se fue a la azotea, a ver las esponjosas nubes y adivinar sus figuras irregulares.
No sabe en que momento, sus ojos se empezaron a cerrar y que en menos de un minuto se encontraba sumergida en sus más profundos deseos.

Giulio se encontraba yendo camino a su clase de sociales, rumores estaban flotando sobre Assia, algo relacionado con un cuaderno de tapas negras.
Cuando llegó, la mujer lo tomó del brazo y le entregó en sus manos un cuaderno de tapas negras.
-te voy a entregar esto a ti, de lo contrario la machito lesbiana esa me va a hacer algún daño.
Giulio se quedó atónito al los términos usados por la profesora y prosiguió a tomar el cuaderno, se sentó en el fondo de la clase y observó exteriormente el cuaderno, tapas totalmente negras a excepción de unas iniciales con rojo en toda una esquina
A.W.T
Obviamente esta libreta pertenecía a Assia, abrió el cuaderno y en su primera hoja se veía claramente una advertencia a cual desconocido tocara su cuaderno.

Si no eres yo, cierra ahora mismo este cuaderno.

Tenía miedo. Su letra era muy bonita, una cursiva muy bien hecha pero que a su vez, transmitía mucho temor con esa sencilla oración.
Pasó la siguiente hoja, y en esta se encontraba un dibujo sumamente maravilloso.
Era un esqueleto, la mitad de las costillas eran algún tipo de flor, bajaba y la mitad de la pelvis era parecido a una mariposa que dejaba al descubierto una extremidad y sus antenas.
Con esto la misma letra de la primera hoja se veía impregnada en una esquina de la hoja, con un bolígrafo mucho mas fino.

Media parte de mi se va acabando poco a poco como los pétalos.
Que media parte de mi pecho es tan delicada como la flor.
Y que media parte de mi esta tan oscura como es su color.
Que media parte de mi quiere volar, pero mis maltrechas alas no me dejan escapar.
Que media parte de mi quiere ser pequeño como un insecto, pero sea el que sea termina aplastado.
Que media parte de mi quiere vivir, pero que la otra lo encadena a la realidad.

Giulio quedó atónito, ¿enserio estas eran los verdaderos sentimientos de Assia?
Pasó a la ultima hoja, en la que nada mas era un párrafo, donde en su esquina se veía anotada una fecha, el mismo día cuando el la salvó y curó su pie.
El párrafo estaba escrito con tinta roja y en cursiva un poco mas elegante que los otros.

Algo que dijo mi salvador, como si de una noche eterna, hubiera surgido un pequeño amanecer, palabras que para mis oídos ya ni existían, palabras que llevaba 8 años sin escuchar.
Querida madre, me acordé de ti y tu forma de decirme las cosas, soy un niña, una chica, una mujer.
O bueno eso pienso, eso piensa el pero ¿los demás? Tengo miedo mamá.
Tengo miedo de lastimar, de ser lastimada.
Tengo miedo de los demás, y principalmente de mi.
¿De que no tengo miedo? Lo se, no tengo miedo de el.
Tengo miedo del mundo, menos de el.

Giulio cerró el cuaderno, en su mente se procesaba todo lo escrito, la Assia que todo el mundo conocía no era la real, la verdadera se encontraba encadenada en estas páginas, encerrada como pájaro en una jaula, la Assia que el quería conocer estaba aquí, en este cuaderno de tristes relatos.
Se levantó y guardó el cuaderno en su morral e inventó la excusa del baño para salir del aula, busco en la oficina del director y la secretaria dijo que ella hoy no se había aparecido por allá, fue y caminó por el campus, nada.
Buscó por las canchas pero no la veía, levantó la vista al edificio principal.
Pudo ver su reconocible silueta sentaba en las barandillas del quinto piso, con los pies al aire y sin manos que evitarán una caída, como si quisiera saltar y a la vez no.
Subió rápidamente la azotea, corrió como aquella noche y al llegar llamó a la chica, ella volteó mientras le dedicaba una mirada apática, Giulio sacó de su maletín la libreta y sus facciones cambiaron drásticamente, saltó de la barandilla y como si de una presa se tratara, se abalanzó sobre Giulio para tomar su cuaderno, el estiró su brazo y lo dejó fuera de su alcance, Giulio dio gracias a su 1.90 de estatura.
-devuélveme ese cuaderno, ahora-dijo con su voz sumamente seca.
-eso voy a hacer, pero primero tienes que calmarte.
Ella se alejó y Giulio amablemente le entregó el cuaderno, ella de un solo movimiento lo arrebató de sus manos y lo abrazo como si llevara años sin verlo.
Giulio le dio la espalda y caminó en dirección a la puerta, antes de salir Assia lo llamó.
-espera, ¿como era que te llamabas?
-Giulio Rudd O'Denell, mucho gusto
-yo soy...-tomó aire y suspiró-Assia Walk Thomson.
Giulio sonrió, dejando ver sus dos caninos afilados y su simpática sonrisa.
Volvió a caminar en dirección a la salida.
-gracias...
Giulio paró en seco, se volteó y caminó hacia ella, no podía creer que se tratara de la misma Assia que todos conocían, sin importar las negaciones la abrazó, ella estaba paralizada, desde que había entrado al instituto nadie la había abrazado, pero sin saber, le devolvió el abrazo, y una rebelde lagrima salió de su ojo derecho.
El susurro a su oído "de mi nunca vas a tener miedo"
Ella sabia de que se trataba y sencillamente lo soltó y le dedicó algo así como una sonrisa.
Abandonó la azotea y se quedó tirado en el pasto del campus, no tenía mente como para regresar a clases y tampoco estaba dispuesto a caminar hasta los dormitorios, simplemente se quedó ahí tirado pensando en todo lo que acababa de pasar, estaba agradecido a ese cuaderno y de haberle mostrado ese lado de aquella chica.
Estaba atónito, el había visto tres cosas de Assia que nadie en su vida lo había hecho; verla soltar una lagrima, abrazar y agradecer.
Sin hablar de sus escritos.
Ella no tendrá que volver a temer, pensó el chico de cabello negro azabache
Ahora sólo había una cosa por decir, Giulio quería conocer a la verdadera Assia Walk Thomson

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 07, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

I PromiseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora