Dinah se dedicó a comer y a admirar de reojo a Normani, la cual le había dejado tranquila pues una pareja había entrado a la pequeña cafetería y tras una corta disculpa, la chica del cabello medio corto corrió a guardar su ahora amado e importante dibujo para poder atenderlos. Mientras los atendía, ellas no dejaban de verse y sonreírse, parecía un juego de coqueteo y Dinah ya había aprendido a no ponerse roja como tomate cada que Normani la veía directamente a los ojos para luego guiñarle, cosa que le parecía un tanto sexy a la británica y que sin duda lo iba a dibujar, posiblemente un millón de veces esta noche, llegó un momento en donde Dinah sacó seguridad y empezó a coquetear con ella, sobretodo cada que pasaba cerca de ella para atender a un grupo de cuatro señoras, cosa que puso un poco nerviosa a Normani, pues el coqueteo que ella le daba a la chica de la cabellera teñida de rubia estaba funcionando y no sabía a donde iba a terminar todo esto. Como Dinah había acabado y su estómago estaba más que sastifecho, no tenía otra excusa para quedarse más tiempo, por lo que guardó todo en su mochila, se la puso en los hombros y camino hacía el mostrador, en donde Normani la miraba atenta también pero sin ser tan obvia.
Normani, ya me tengo que ir para buscar un hotel, ¿Cuánto debo por todo? -preguntó Dinah sacando su billetera, la chica del mandil rosa mordió su labio pensando en que ya no la vería más, pero luego por un segundo se le había olvidado hasta el nombre y se había quedado en blanco al ver como Dinah se acomodaba su cabello detrás de su oreja y se sacaba las gafas, viendo como la miraba a los ojos y le sonreía- ¿Mani? -preguntó la chica más alta, alzando una ceja en esta ocasión mientras veía que Normani se había perdido en quien sabe que mundo mientras la veía, cosa que la hizo sonreír, y del lado de la morena, sentía como si algo tuviera esa chica que tenía enfrente- ¿sigues aquí? -volvió a preguntar pasando una de sus manos enfrente de su rostro, cosa que funciono pues Normani empezó a parpadear, como si volviera en sí.
Uh, oui! .... ¡Digo sí! Son... uhm, ¿Qué comiste? -Normani sonrío un tanto nerviosa, mientras Dinah sonreía de lo tan adorable que se había vuelto.
Bueno, fue una baguette con queso fundido muy delicioso, un café y uhm, nada más -asintieron al mismo tiempo, Normani le dijo lo que debía y aunque Dinah se tardo los siglos en sacar el dinero que hasta lo tiro al suelo a propósito y Normani le cobró de lo más lento posible hasta ella hizo lo mismo de tirar unas monedas, la despedida se acercaba más y más, hasta que llegó el momento que ellas no querían que sucediera, en donde no supieron que hacer y un leve movimiento de mano de Normani con una sonrisa triste de ambas bastaron para que Dinah saliera de ahí, memorizando la ubicación exacta de el lugar, pues hasta saliendo le tomó una foto con su cámara, obviamente desde un lugar un poco lejos.
Dinah paseó por todo Paris, viendo lo que en sus calles tenía, buscando alguna otra francesa interesante, pero nadie como Normani. Su cabeza literalmente gritaba "Normani Kordei Hamilton" por todos lados, haciendo eco durante toda la tarde, incluso cuando llegó al hotel, se hospedó en un hotel que quedaba un poco alejado de la torre Eiffel, pero sin duda se podía ver a la perfección, por lo que ella pagó por un hotel de balcón, y se sentó con la luz de la luna y de la habitación para empezar a dibujar. El primer dibujo era Normani arrugando la nariz, después hizo a Normani de espaldas, el tercer dibujo era Normani guiñando un ojo y así fue cada dibujo ya fuera a lápiz, con acuarela y hasta con crayolas, era siempre de Normani haciendo algo, dieron las dos de la mañana y Dinah no dejaba de dibujar aquella mujer hermosa que le empezaba a quitar el sueño. Mientras que en el otro lado de París pero no muy lejos, Normani estaba al fin en su pequeño departamento en donde se podía ver un poquito de la torre Eiffel. Veía en donde colocar el dibujo que le había hecho Dinah, sacándole un suspiro al recordar y leer lo que le había escrito la artista Británica que había llegado hoy a su pequeña cafetería, pasó las yemas de sus dedos abajo del texto, leyéndolo una y otra vez, como si la voz de Dinah se la estuviera leyendo. "Normani Hamilton: Cocinas delicioso, sin duda volveré a venir y comer alguna otra cosa, lo prometo -Dinah Jane" sonrío al ver la palabra "sin duda volveré a venir" pues le daba esperanzas de ver su bello rostro de nuevo, pensó hasta en invitarla a salir, aunque le preocupaba que le dijera no por que ella no era de aquí y sobre todo no sabía cuantos días se quedaría en la ciudad del amor, por lo que decidió dormir, pero en todos los cuatro sueños que tuvo, en todos estaba Dinah, la cual estaba pensando, a las tres de la mañana en salir a buscarla, para pedirle un grandísimo favor.
Dinah solo durmió casi unas cuatro horas pues a las siete de la mañana parecía una buena hora para buscar a Normani, además de que ella tenía su puntualidad como buena ciudadana de Londres y sobre todo por que no podía esperar por ver a la chica del mandil rosa. Pasó por la cafetería, las siete en punto marcaba el reloj que tenía en su muñeca izquierda y la desesperación de no verla ahí iba en aumento, dieron las ocho y se rindió por lo que decidió en irse a pasear de nuevo e intentar más tarde o volver mañana a pesar de que se moría por verla de nuevo. Mientras estaba en la banca, trazó una ruta en un pequeño mapa para visitar ciertos museos de arte, los cuales distrajeron a Dinah pero no del todo, su estomago se revolvía en nervios al recordar que cada hora que pasaba, era una hora sin ver, escuchar o simplemente saber sobre Normani por lo que salió a buscarla nuevamente, sin darse cuenta que solo habían pasado dos horas, pero como para ella se le hacía infinito, salió caminando lo más rápido que podía y a casi diez cuadras de llegar, vio que de un pequeño edificio blanco en su totalidad salía una chica parecida a Mani, corrió hasta la otra calle para comprobar si era o no ella, y a pesar de no traer sus lentes era ella solo que sin su mandil rosa.
Mier... actúa norman Dinah, actúa Normal...-se susurró a si misma acomodándose su cabello, esperando en no asustarla o verse como una acosadora sexual el haber descubierto por accidente en donde vivía y literalmente, su horario de abrir la cafetería. Decidió el buscar un atajo, pero literalmente corrió por una de las calles para hacer todo como si fuera una casualidad el encontrarse de nuevo, ni en esas tormentosas clases de gimnasia en el colegio había corrido tanto y antes de llegar a la salida, decidió el ir un poco lento, y como si el destino le hubiera echado una mano, cuando sacó su cámara para hacer todo aún más como un "caminaba distraída por aquí" choco con ella, Dinah no cabía en la felicidad de que su plan se había realizado a la perfección.
¡Dinah! -una alegre Normani abrazó a la más alta, las dos gritaban internamente al por fin, sentirse más cerca- ¿Qué haces aquí tan temprano? -preguntó Mani con su acento Francés, derritiendo un poco (mucho) a Dinah- yo te hacía durmiendo o algo así -sonrío mientras abrazaba a Dinah, ninguna se quería separar de ese abrazo, pero aún así lo hicieron por que sería raro.
Pues soy inglesa, la puntualidad es algo que llevo en mi sangre -sonrío un poco orgullosa Dinah- además, andaba paseando e iba a volver a verte -susurró un poco tímida, haciendo sonreír ampliamente a Normani, haciendo pensar a Dinah que se le volvería a borrar la cara de tanto sonreír.
Oh, ¿Y para que me querías volver a ver? -alzo una ceja, picando un poco a Dinah, esperando una respuesta como "para invitarte a salir" o simplemente "para llevarte conmigo a Inglaterra" y si tenía suerte un "para casarme contigo y tener muchos hijos y nietos"
Quería preguntarte sí, si querías ser mi modelo de mi próxima exposición, dios mío, eres hermosa y no te puedo sacar de mi cabeza, ni siquiera se cuanto dormí hoy por pensar en ti -Dinah se ruborizó completamente al igual que Normani, ella no se había dado cuenta de lo que había dicho, pero Normani no sabía si sentirse halagada por que Dinah quería que ella fuera su musa o por que Dinah le acababa de decir hermosa.
Esta bien seré tu modelo -sonrío Normani mientras veía a Dinah sonreír emocionada, total, eso significaba estar más tiempo con ella, ¿No?
ESTÁS LEYENDO
Belleza en papel
RomanceEl café es para el corazón y el arte para el alma, Dinah va hacia París en búsqueda de lo que sus ojos aclaman. Ella quería un simple té, pero mejor se decidió por el café. El café de sus ojos, el café de su piel, y esa inigualable belleza francesa...