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ᴸᵉᵗ'ˢ ᵍᵉᵗ ˡᵒˢᵗ
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La habitación estaba en silencio hasta que Cody abrió el armario y sacó su maleta. La colocó sobre la cama con un golpe seco y comenzó a recoger sus cosas con movimientos rápidos, casi bruscos.
Garrett, que cruzaba el pasillo hacia la sala, se detuvo en seco al verla a través de la puerta abierta. Entrecerró los ojos con curiosidad y se apoyó contra el marco.
—¿Vamos a alguna parte? —preguntó sin apartar los ojos de los movimientos tensos de Cody.
Ella dobló una blusa con demasiada fuerza, evitando el contacto visual.
—Necesito volver a Nueva York. Deberías empacar también. —Su voz intentó mantenerse neutral, pero él notó el nerviosismo en sus palabras.
—¿Ahora? Cariño, aún no estás recuperada. —Se acercó a la mesita donde estaban los medicamentos que habían comprado. Pero al verlos intactos, un destello de incredulidad cruzó su rostro.—¿Por qué no has tomado tus medicamentos? —preguntó, sosteniendo una de las cajas en su mano.
Cody vaciló, perdiendo por un segundo la compostura. Una blusa se le escapó de las manos y cayó al suelo, pero ella no se molestó en recogerla.
—No los necesito —respondió finalmente, en voz baja, mientras seguía empacando.
Garrett dio un paso hacia ella.
—¿Qué está pasando, Cody? —quiso saber.
La castaña detuvo lo que estaba haciendo, inclinando la cabeza ligeramente hacia adelante como si estuviera buscando fuerzas. Inhaló profundamente, intentando ahuyentar las náuseas matutinas que habían amenazado con dominarla durante toda la mañana.
—Es Henry. La empresa está pasando por algo... ya sabes cómo es. Necesitan que vuelva. —La mentira salió rápidamente, y aunque sonaba convincente, no podía evitar que su voz temblara levemente al final.
