-Charles, te he hecho una pregunta - reclamó Alice,muy seria-.
-Eso ahora no viene a cuento-protestó él-.
-Dame una respuesta-le obligó Alice-.
-No,no te guardo rencor,no sé como has podido pensar eso-mencionó Charles con cierta ironía en su tono de voz-.
-Sé que me estás mintiendo-se fijó Alice, astuta-.
Charles puso los ojos en blanco,cansado de aquella conversación que parecía no llegar a ninguna parte.
Finalmente, pensó que lo mejor sería sincerarse con ella y contarle todo lo que sentía.
-De acuerdo,Alice,lo admito,te guardo rencor. Pero, cómo no iba a hacerlo?
No he sabido nada de ti en los últimos doce años-le reprochó Charles-Te escribí, te llamé...y nunca recibí respuesta alguna. Hasta llegué a pensar que no querías volver a saber nada de mí y que yo te daba igual. No nos hemos hablado ni nos hemos visto desde que apenas teníamos 13 años. Y ahora te presentas aquí como si nada fingiendo estar afligida por la muerte de Clara-.
Alice rompió en llanto.
-Cállate!-gritó Alice apenada y resentida-Cómo puedes pensar que estoy fingiendo mi aflicción por la muerte de mi tía?-Alice,frustrada,le pegó un bofetón a Charles que le hizo caer al suelo-.
Charles se levantó.
-Um...Charles, lo siento mucho-se disculpó Alice,arrepentida- Te has hecho daño?-le preguntó intentando tocar su roja mejilla -.
Charles le apartó el brazo bruscamente.
-No vuelvas a tocarme!- le gritó Charles-.
-Entiendeme,creía que lo mejor sería que nos mantuviésemos alejados. En fin,tan sólo éramos el señorito de la casa y la sobrina de la que fue en su días la sirvienta de esa enorme mansión. Entre nosotros sólo hubo una bonita amistad de infancia -.
-Lo sé,fui un tonto al pensar que...-un ruido de entre los árboles del bosque interrumpió a Charles- Alice,creo que no estamos solos -.
-Sí, no lo he dicho para no preocuparte,pero desde que salimos del cementerio he notado la extraña sensación de que alguien nos perseguía, y creo que es aquella mujer del velo negro.
