Forever?

Dos granos en el culo.

Ariana's POV

Después de haber dejado a Matthew en el árbol, vuelvo a la escuela. Reviso mi reloj y faltan 10 minutos para que comience mi siguiente clase. Cuando pensaba que al fin me había liberado de Matthew lo siento detrás mío, con sus pasos firmes y seguros, me sigue hasta que llego a mi casillero para revisar mi horario, otra vez. Mi siguiente clase era matemáticas y no me apetecía ir, pero si me quedaba muy probablemente Matthew me seguiría molestando. 

Decidí no ir y creo que podré aguantarmelo, de todas maneras es preferible aguantarlo que tener que ver el teorema de pitagoras. Voy hacia las canchas de fútbol con Matthew pisandome los talones. Me siento en el césped, mientras veo como el equipo de fútbol americano entrena. Matthew se sienta mi lado.

-¿No deberías estar en clase?-Pregunta. Ruedo los ojos.

-¿Y tú no deberías estar en clase también?-Pregunto con ironía.

-Touché.-Dice entre cerrando los ojos.- Una chica mala...

-No soy mala.-Respondo frunciendo el ceño.-Eso no interesa. Ahora, ¿Te puedes callar? 

-Pero sí apena...-Lo interrumpo.

-No importa, solo cierra la boca.-Digo casi en modo de súplica.

Asiente y me hace caso, se calla hasta que suena el timbre. Cuando suena, decido levantarme antes de que comience hablar, camino sin mirar a Matthew que aún me sigue. Buscando alguna escapatoria y sin encontrar alguna otra, entro al baño de chicas, haciendo que la puerta se cierra en su cara. Espero que suene el timbre para la entrada a clases, así, tal vez, Matthew se largaba. Cuando suena, espero 20 minutos y salgo del baño.

Voy hacia mi siguiente clase, la cual era Biología. Y como siempre tenía que compartir puesto con algún idiota.

Toco la puerta de la clase, para que luego el profesor apareciera tras de ella.

-Es tarde, señorita White.

-Lo sé, pero estaba en el baño atendiendo cosas de mujeres...-Digo y cuando iba a continuar el profesor me detiene. 

-Sí, comprendo su problema, pase y busque su asiento. Su nombre debe estar en alguna de las mesas, este año yo decidí los compañeros.

Asiento, mientras pienso lo desocupado e infantil que sonó lo que dijo el profesor, ¿Qué profesor de último año pierde su tiempo poniendo nombres en casa mesa, como si fueramos niños de segundo grado?

Miro el salón buscando algún puesto vacío y solo hay dos. Uno junto una chica rubia a la cual desconocía que estaba al frente del tablero y otro junto a... Matthew que estaba casi al fondo del salón.

¡Joder! Esto es tan cliché.

Suspiro y miro en la mesa en la que la chica esta, mi nombre no está ahí. Y con la sonrisa mas forzaba que pude hacer camine hacia el asiento junto a Matthew que me miraba divertido.

-El destino nos quiere juntos, dulzura...-Comienza a decir.

-Cierra la boca y no me digas "dulzura".-Respondo sacando mi cuaderno. 

-¿Por qué...dulzura?-Dice con un tono divertido.

Gruño con frustración y decido no responderle hasta que me percato de algo.

-¿Tus clases son iguales que las mías?-Pregunto mientras lo volteo a ver con el ceño fruncido.

-Pues... hasta ahora, sí.-Dice sin darle importancia.

Asiento mirando hacia al frente y le pregunto:

-¿Por qué me seguías en las últimas dos horas?