Separación

7 1 0
                                    

Diciembre 14, 2028, Hora: Desconocida, Lugar: Desconocido.

— Entonces, ¿Qué le parece, Young Terran? —

— Yo... ¿Está seguro de esto? —

— ¿De qué algo horrible va a pasar en el lanzamiento de mañana? De pocas cosas he estado tan seguro en mi vida. —

— ¿Y cómo sabe que yo voy a ser la víctima? —

—... Voy a ser sincero contigo: No lo sé con seguridad, tengo mis teorías e intuiciones, pero esto es una apuesta. Si decidí acercarme a ti es porque no soporto la idea de que alguien tan joven muera. —

— ¿Qué hay del señor Starbuck? —

— En mi perspectiva es soportable si algo le pasa, es un adulto y ha tenido el tiempo para disfrutar de su vida. —

— Eso es cruel —

— Nunca dije ser héroe, young man, solo... solo soy un diablillo intentando atrapar a un demonio más grande. No pienso permitir que el centro espacial siga pagando con sangre por los desvaríos patrióticos de un monstruo. —

—... Retiro lo que dije, usted no es cruel. —

— ... —

— Dígame el plan, confiaré. No me gusta la idea de mentir, pero ya me disculparé cuando vuelva de entre los muertos. —

— Gracias, Young Terran. Ahora presta atención... —

-s-

Diciembre 16, 2028, 9:55 am, Corte del Distrito - Sala No. 4

— ¿Y qué hay de la fiscalía? ¿Está lista? — preguntó el Juez una vez que se dio cuenta que Apollo no planeaba dar más explicaciones.

—... — Blackquill estaba callado, contemplando los grilletes alrededor de sus muñecas con aire casi solemne. — La fiscalía... no está preparada todavía. — acabó respondiendo en un tono que se notaba un tanto apagado.

— ¿Ummm? — el Juez pareció sorprendido y no era para menos, el fiscal Blackquill nunca había sido otra cosa sino directo y brutal en aquella corte. — ¿Se encuentra b-? —

Antes de que pudiera terminar la pregunta, el de cabello negro y blanco elevó sus manos sobre su cabeza y luego las dejó caer con violencia contra el banco de la fiscalía. Cómo otras veces, la cadena que conectaba sus grilletes se hizo añicos, sin embargo, a diferencia de las veces anteriores, Athena juraría que había escuchado la madera del banco astillarse por la fuerza del golpe.

Lo que sí fue típico fue la reacción de la gente en las gradas, como si acabarán de presenciar a una bestia salvaje escaparse de su jaula.

Lo que le regresó lo atípico a la situación, fue que no hubo el grito de cierto profesor para calmarlos.

— Esperen un momento, ¿Dónde está el señor Des? — inquirió Apollo, dándose cuenta de la ausencia del hombre.

—... Se ha ido — respondió Blackquill, al fin levantado sus manos de la madera, aún a distancia se podía notar que estaban enrojecidas por el impacto.

— ¿Ido? ¿Está indispuesto? — intentó adivinar Athena.

— No, ese vástago lleva dos días desaparecido, evitando custodia policial — el samurái prácticamente gruñó la aclaración.

— ¡¿Q-Quieres decir que se ha fugado?! — exclamó Apollo, su volumen subiendo dos octavas de tirón.

— ¡¿Pero por qué?! ¡El Profesor Des no tiene ninguna razón para escapar! — Athena vocalizo su propia incredulidad.

The Long Road To FreedomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora