Capítulo 2

1 0 0
                                    

REINA

Irina Becker

Los días pasaron en un abrir y cerrar de ojos hace nueve días que mi padre dejó este mundo para dirigirse a otro, el dolor que sentí en ese repentino instante me hizo darme cuenta que me había quedado completamente sola... sin familia.

Cedríc día y noche a estado para mi pero aveces el que este una persona que quieres en tu momento frágil de dolor te hace quererlo lejos, para no romperte más y saber que sola puedes.

—¿Lista?—me pregunta Cedríc asegurandose de que es un momento correcto para entrar a mi habitación.

—Creo que si.

Después del novenario, toca la junta entre todos los líderes de las organizaciones criminales, estas que imparte el gobierno a cambio de un dinero y un buen puesto como lo es el comité al que iré, ellos nos ven como un civil más en la tierra, inocentes y con pecados comunes.

—Antes de irnos—se acerca a mi impidiendo que salga de la habitación.—Me gustaría hacer algo.

Se acerca mucho más a mi dándome a entender...

—Sígueme.—me estira su mano, misma que tomo.

Lo sigo por los anchos pasillos de mi palacio, ambos corremos por todo el lugar bajando las escaleras como unos críos hasta llegar a la cocina donde genuinamente fuimos criados por nuestra nana Elizabeth misma que falleció ya hace un par de años.

La mala respiración está combinada con nuestras risas mismas que se van calmando una vez sentados en la barra de la cocina.

—Me alegra que sonrías.—se acerca un poco más a mi.—Te traje aquí por una razón.

Se dirige al refrigerador y saca dos rebanadas de pastel de chocolate con dos vasos de leche.

—Nunca falla,¿cierto?

Asiento esbozando una sonrisa que por un momento me hace olvidar de la tortura de estos nueve días.

Desde que somos pequeños el pastel de chocolate es una forma de pedirnos perdón o de mostrarnos empatia uno con el otro para hacernos sentir mejor y hoy no es la excepción.

Y sinceramente es de lo poco que me quita los malos ratos.

—Gracias.—soy sincera—lo necesitaba.

—Lo sé, y sabes que te entiendo.

deja el tenedor en el plato ocasionando un leve ruido que me hace voltear a sus ojos.

—Yo también me mal viajo ¿Sabes?,  también lo vi casi como un padre pero tengo que seguir y deberías hacer lo mismo.

—Lo dices por que no eres tu quien tiene que tomar las riendas de todo esto.—Termino mi última porción y me dirijo a la salida.

Se que va tras de mi por eso no me inmutó a voltear hacía atrás vamos cortos de tiempo y nos acompañaran Santiago, Scarleth y Vannesa amigos nuestros y compañeros de la organización.

Tomo mi camioneta lista para manejar con todos ellos dentro, el camino es largo ya que mi casa se encuentra adentrada al bosque por que no es cualquier casa es un castillo, casi imposible de conocer por los demás.

No me da tiempo de apreciar lo largo del camino, mi mente no da para más desde hace días, mi vida comenzaba a ir perfectamente estaba a nada de poder dejar a un lado la organización y mírame a aquí, al mando de algo que no quiero.

—Sinceramente no se a que venimos nosotros.—habla Santiago.—No creo que sirvamos de mucho.

—Como si no supieras que las personas más importantes de la organización tienen que ir junto al líder.—le reclama Cedríc.

Somos fuego.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora