CAPITULO 1

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---Eres una chica muy linda ¿sabes?—dice una voz al lado mío.

--Claro que lo sé. —respondo sin mirar quien me hablo.

Yo mantenía la mira fija en mi vaso de vodka, no me importaba quien intentaba coquetearme. Hoy no tengo ganas de estar con nadie. Así que tendré que ser un poco cruel con este tipo para que se vaya y me deje sola.

--¡Uy! Se nota que tienes un buen carácter. –se acerca cada vez más a mi. —me gusta.

--Mira amigo, la verdad es que hoy no tengo ganas de estar con ningún hombre, así que te pido amablemente que te retires de aquí.—volteo a mirarlo y tiene una enorme sonrisa en la cara--¿Qué te causa gracia?

--Tú linda, eres genial—se acerco a mi pero lo detuve antes de que diera un paso más.

--Es un antro demasiado grande, creo que no te costará encontrar a una mujer linda que quiera estar contigo—le dije con una sonrisa muy falsa. —Así que en pocas palabras vete y déjame sola.

--Es que todas esas mujeres lindas que hay aquí son muy fáciles de conquistar, y a mí me gustan los retos.

--Pues déjame decirte que yo soy un reto que no podrás concretar—finalice y me giré y camine entre la gente.

En cualquier otro día ese joven y yo ya estaríamos camino a su casa o a un hotel para pasar una muy divertida noche. Pero para mala suerte de él, hoy es uno de esos días en los que no me apetece estar con nadie, solo quiero pasar una noche sola y tranquila. Ya mañana serán las cosas muy diferentes.

--¡Hey, chica linda!—me grita ese joven desde atrás—Olvidaste algo.

Detengo mi paso por entre la multitud y regreso a donde está ese chico.

--¿Qué cosa?—pregunto muy antipáticamente

--Darte mi número de celular para cuando te arrepientas de haberme rechazado hoy, me llames para salir un día—me dice guiñando el ojo izquierdo.

Se me sale una gran carcajada.

--Se nota que tienes mucha seguridad en ti. —le digo

--Se podría decir que bastante—me dice y ambos reímos

--Okey, dame tú número—le digo y le doy mi celular para que anote su número.

--Sabía que accederías a mis buenas intenciones chica linda.

--Carolina—lo corrijo—me llamo Carolina

--Lindo nombre Carlina—me dice y me entrega mi celular—Ya tienes mi número chica linda.

--¿Y tú cómo te llamas?—le pregunto antes de que se vaya—

--Salgamos mañana y lo sabrás—me dice y se va.

Me quedo un momento parada pensando en lo que acababa de pasar. Nunca antes me había pasado, pero este chico me pareció muy simpático. Así que probablemente mañana le hable cuando tenga ganas de estar con un hombre.

Salgo del antro y busco un taxi para que me lleve a casa, ya es tarde y quiero dormir aunque sea unas pocas horas. La calle está muy sola. Será muy complicado encontrar un taxi y no pienso caminar hasta casa, es un largo y peligroso camino. Tal vez debería de llamar a alguien para que venga por mí.

Estoy a punto de llamar a mi amiga Daniela para venga por mí, cuando de pronto escucho que alguien grita mi nombre. Volteo hacía la puerta del antro pero no veo a nadie. La música de adentro se escucha muy fuerte, tal vez escuche mal. Busco el número de mi amiga en mi celular cuando, tal vez por destino o por mala suerte veo al chico que acabo de conocer al otro lado de la calle haciéndome señas desde dentro de su auto.

Camino hacia donde está estacionado.

--¿Quieres que te lleve a tu casa chica linda?—me pregunta con una gran sonrisa.

--¿Qué te hace pensar que necesito que me lleves?

--Pues que llevas casi 10 minutos afuera del antro tal vez esperando un taxi o a un amigo que tal vez olvido venir por ti—me dice en tono de burla—sube, vamos, yo te llevo a donde quieras.

--Está bien—subo al auto y me recargo en la puerta para quedar lo más lejos posible de este chico.

--¿Quieres ir a tú casa, o pasar un rato a la mía?—me pregunta.

Este chico es un poco diferente a todos los demás chicos con los que suelo tener sexo, el es amable, es lindo, es muy guapo, y tiene una gran seguridad en sí mismo.

--Yo no estoy buscando ninguna relación—le digo.

--Yo nunca dije que iríamos a mi casa a ser novios o esposos. —me dice riéndose de mí—solo pasaremos un buen rato, eso es todo.

--¿Con buen rato te refieres a tener sexo?—le pregunto directamente.

Él está mirando fijamente al camino pero noto como tiene una sonrisa en su rostro.

--Probablemente sí—me dice guiñándome un ojo-- ¿Qué te parece?

Me quedo mirándolo fijamente. Es muy guapo.

--Está bien, vayamos a tú casa a divertirnos un poco.

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