No sabía a ciencia cierta por qué había aceptado subirme al carro de este chico desconocido y aún peor, haber aceptado una invitación a su casa a probablemente tener una aventura de una noche y ya jamás volver a tener contacto. Estoy demasiado loca, pero me encanta ser así.
El silencio dentro del auto era demasiado incomodo. Él tenía la vista muy fija en la carretera y yo, yo simplemente vengo observando las oscuras y aburridas calles de mi ciudad. No sé por qué nadie dice una sola palabra. Tal vez después de decir que nuestra noche terminará en sexo, las cosas se pusieron un poco incomodas entre nosotros. Pero espero que este chico diga algo antes de que me arrepienta de ir con él a su casa y salte del coche en movimiento como lo hacen en las películas.
¿No se molestan en tú casa si llegas tarde?—me preguntó--No me gustaría que tuvieras problemas por mi culpa.
Gracias a Dios volvió a hablar antes de que muriera por la incomodidad que estábamos experimentando.
--No te preocupes, no pasa nada. —afirmo muy segura.
Hace mucho tiempo que yo y mi madre tenemos una relación de amor-odio. Ella no se mete en mis asuntos y yo no me meto en los suyos. Eh querido irme de la casa, abandonar a mi madre y largarme de la ciudad y tener mi vida propia. Pero siempre detengo mis pensamientos por mi hermano. No puedo dejarlo con mi madre, ella no lo atiende bien, sería un mal ejemplo para él. Mi hermano es lo más cercano que eh sentido al amor. Soy muy protectora con él, lo cuido, es mi mejor amigo.
--Está bien, pero de todas formas te llevaré a tu casa no muy tarde—me dijo mirándome a los ojos—no quiero que nada malo te pase.
No sé lo que me paso, tal vez fueron sus penetrantes ojos color miel, o su palabras "no dejaré que nada malo te pase" que hicieron que mi piel se erizará y me quedará inmóvil viéndolo como una niña pequeña a una muñeca Barbie. Algo tiene este chico que me llama demasiado la intención. Es algo que no siento por ninguno de los chicos con los que estoy. No lo sentí con el chico que estuve ayer, ni con el que estuve dos noches antes.
--Llegamos—me dijo—bienvenida a mi hogar.
Nos estacionamos frente a una enorme casa. Una mansión mejor dicho. Es como 20 veces más grande que mi casa y me estoy quedando corta en cuando a las dimensiones.
--Vi...vives aquí.—le dije señalando la monumental residencia.
--Si, aquí vivo yo—me dijo con una sonrisa—está es mi casa.
Me quede con la boca abierta. Definitivamente este chico tiene el premio al mejor lugar al que me han llevado. Por lo regular son hoteles de clase media. Pero no me parecían mal. Hasta hoy. Esta casa hace parecer a esos hoteles casas de cartón.
--¿Te vas a quedar ahí parada o vas a entrar?—me preguntó con una gran y hermosa sonrisa.
Este chico tiene algo especial que me llama mucho la atención. Y me gustaría saber qué es. Y tal vez estando está noche con él lo sepa.
--Si claro, ya voy—le dije nerviosa.
Esta enorme casa me intimida demasiado. Es una casa bastante bonita. Tiene un estilo de playa. Tiene una enorme fuente en la entrada y muchas palmeras. Tal vez les guste mucho este estilo, el cual es muy acogedor y elegante a la vez. Alrededor de la enorme fuente hay unas bancas puestas simétricamente alrededor de esta. Tuvimos que subir unas escaleras para llegar a la puerta principal.
No podía dejar de mirar a todos lados, la casa era magnifica. Tenía un color hermoso, era como una mezcla de color arena con café oscuro. Le daba un toque aun más de playa.
--Me llamo Nicolás por cierto—me dijo mientras introducía la llave para abrir la puerta.
--Tú casa es muy linda Nicolás—le dije cortésmente—es la casa más grande en la que eh estado.
--Pues esa opinión cambiará cuando veas nuestra otra casa.
"¿¡Tienen otra casa aún más grande que esta!?"
Al parecer Nicolás noto que tenía una evidente cara de asombro ya que note que me veía con su ya casual sonrisa.
Abrió la puerta y pude ver que la casa era igual de hermosa por dentro. Las paredes tenían un color blanco muy prolijo. La mayoría de los muebles tienen un color café oscuro que contrasta demasiado bien con las paredes blancas.
--¿Trajiste a una amiguita Nick?
Miré hacia dónde provino esa voz y vi a un joven parado al pie de las escaleras que estaban a nuestro lado. Era un joven muy guapo, igual de guapo que Nicolás.
--Sí Alex, traje a una amiga.—dijo Nicolás sin mirar a ese aún misterioso joven.
--¡Genial!—dijo ese joven dando unos fuertes aplausos con una gran sonrisa burlona.--¿Y no me las va presentar?
Nicolás lo miró con una mirada muy agresiva, parecía como si se odiaran. Como si fueran los más grandes rivales.
--Alex ella es Carolina, Carolina él es Alex...mi hermanastro—dijo Nicolás muy forzadamente.
--Un gusto—dije con educación ofreciendo una leve sonrisa de compromiso.
-El gusto es mío nena—me dijo Alex guiñándome el ojo.
"¿nena?"
--Será mejor que te vayas Alex—dijo Nicolás amenazando a su hermanastro.
Alex soltó una carcajada y subió rápidamente las escaleras.
Nicolás se quedo callado por unos momentos mirando las escaleras. Como si esperara a que su hermano bajara y golpearlo.
Cada vez hay más cosas que me llaman la atención de este chico. Y por alguna razón me gustaría conocerlo aún más.
--¿Quieres subir a mi habitación?—me preguntó Nicolás muy amablemente.
--Por supuesto.
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Secretos
Romance-No existen las chicas buenas. Todas son chicas malas que ocultan su verdadero ser-