Capt 24

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Ella le dejó que la guiara hasta el centro del local. El dúo musical estaba disfrutando de un descanso y por los altavoces sonaba ahora una balada romántica de la década de 1990. Drew atrajo a ______ hacia él de modo que le rozaba la frente con los labios, tan cerca, que al respirar le movía algunos mechones de cabello.

______ medía un metro sesenta y cinco y él llegaba por lo menos al metro ochenta. La presión del pene contra su vientre le hizo deducir que Drew estaba encantado de estar allí.

______ apoyó la cara sobre su hombro derecho y rodeó a Drew con los brazos. Bailaron en silencio disfrutando de la música y de su mutua compañía. Él se rozó contra ella, aunque de ningún modo de la forma en que el otro chico que había en la pista lo había hecho con su pareja un poco antes. Para cuando acabó la canción, el pianista y el guitarrista ya habían regresado del receso. Drew llevó a ______ de nuevo hacia la mesa y apartó la silla para que ella se sentara.

—¿Paso el examen, entonces?

—Yo creo que sí —respondió ______ con una sonrisa—. ¿Cuándo me viste en el balcón por primera vez?

Drew negó con la cabeza.

—Nada de preguntas.

—Eso no es justo, tú acabas de hacerme una.

Drew sonrió.

—Tienes razón. Tendría que haber dicho «nada de preguntas curiosas». Vamos a disfrutar de la noche y el uno del otro.

______ se quedó en silencio. Tampoco tenía muy claro qué responder a aquello. Drew acababa de eliminar la posibilidad de emplear las típicas preguntas de una primera cita, como «¿dónde vives?», «¿a qué te dedicas?», «¿cómo te llamas?»...

Drew alargó el brazo para colocar su mano sobre la de ______.

—Sé que todo esto te resulta extraño, pero también lo es para mí. Te dije la verdad cuando te conté que nunca había hecho algo así en mi vida.

—Pues se te da de maravilla —replicó ella casi en un murmullo.

Antes de que Drew pudiera reaccionar, Annie apareció para tomar nota del pedido: una Coors para él y otra Budweiser Light para ______. Cuando se quedaron solos de nuevo, se produjo un momento de silencio incómodo. Aunque ______ trataba de pensar en algo que decir, parecía que la mente le funcionara con lentitud.

—Cuéntame algo de ti que no sepa nadie —propuso Drew.

Ella ladeó ligeramente la cabeza:

—¿Algo de mí que no sepa nadie? Dame un momento para hacer memoria.

—No, no; dime lo primero que te venga a la cabeza.

______ esbozó una sonrisa de arrepentimiento.

—Bueno, después de pasarme los últimos minutos tratando de pensar en algo que decir, lo primero que se me ha ocurrido es que me he leído la serie completa de Zane Grey.

—¿Zane Grey? —Drew frunció el ceño, sorprendido—, ¿te refieres al escritor de novelas del Oeste?

Ella asintió al tiempo que acariciaba con un dedo la botella de cerveza.

—Cuando tenía doce años, estaba loca por mi vecino, Tim Shores, al que le encantaban las obras de Zane Grey, de modo que empecé a leérmelas con la intención de tener un tema de conversación para hablar con él.

Drew sonrió.

—¿Funcionó?

______ negó con la cabeza entre risas.

—Me temo que no. Creo que fue porque no logré dar con la forma de transformar Jinetes de la pradera roja en una conversación que pareciera espontánea.

La risa de Drew era agradable, cálida y amable.

—Te toca —le recordó ______—, cuéntame algo de ti que no sepa nadie.

El inclinó la silla hacia atrás de modo que sólo quedó apoyada en las patas traseras.

Bad Girl {HOT Justin&Tu Adaptada}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora