Día 4

10 3 0
                                    

Hola, chico del mostrador.
Que te puedo decir... Hoy es Miércoles. Recuerdo que la ultima vez que te escribí era Lunes. Perdón por no haberte escrito ayer, lo que pasa es que no hubo nada irrelevante, solo me la pase pensando en que ojalá hubiera sido yo a la que hubieras besado.
Cuando los vi, pensé mil cosas. Como por ejemplo que para qué me ilusione, no quería verte de nuevo. Pero todo cambio cuando de tus labios rosados y lindos salió mi nombre. Mis piernas temblaban, me costaba trabajo estar en equilibrio, mi boca se seco, millones de mariposas empezaron a revolotear en mi estomago provocándome cosquillas como nunca, por dentro estaba muriendo de la risa, sentía el calor subir a mis mejillas, gritar de emoción porque acababas de mencionar mi nombre, otra parte estaba tratando de descifrar la forma en la que lo habías obtenido; pero por fuera estoy segura que ninguna de esas cosas fueron mostradas. Seguramente me quede parada con una cara de mensa e hice el ridículo. Porque sí, así soy yo.
Hoy no pude ir a la escuela ya que mi hermana menor esta enferma y mamá trabajaría hasta tarde. Papá esta de viaje y pues me quede a cuidarla. En este momento esta dormida así que aproveche para escribir. Te contare como fue mi día... ¡Rayos Mamá llego! Llego temprano, me tendré que ir. Me pidió que fuera a la farmacia para unas medicinas que necesita mi hermana ya que mientras dormía le dio fiebre.
Atte: Una enfermera apresurada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 24, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi chico del mostradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora