Dos clases de amantes

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Sólo voy a pronunciar

su nombre,

de la historia

se encargarán las palabras.

No hay siquiera trozos

de lo que fue

con ella

en mi vida pasada.

Ella era mi mañana,

pero hoy

ya no es mi dama.

Y sin piedad

me deja el sol

por mi visita

con la cama.

Me acompaña depresión,

una vieja amiga,

un poco absurda,

ama hundirme en el dolor,

y mi cabeza no me ayuda.

No dependo de sus ojos

ni de su voz,

dependo de lo que dejó en mí,

al nombrarme su gran amor.

Me vio marchar,

no me detuvo,

supe que lloró por la separación,

pero hasta ahora

no quiere volver.

No hemos vuelto.

Alguien más la cegó.

Ahora ella vive su sueño,

al cual no pertenezco,

y yo sueño esa vida,

donde siempre la encuentro.

Nos mantiene en secreto la vida,

nos mantiene un poco distantes,

un poco dementes,

y sin cortesía,

da la espalda

a dos clases de amantes;

a ella,

queriendo amor

y a mí,

queriendo amar.

Versos DesgastadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora