Serpiente capitulo 14
El aire denso y húmedo del valle se adhería a sus escamas como una segunda piel. La brisa traía consigo el inconfundible aroma de la tierra mojada, la vegetación salvaje y el rastro de cientos de feromonas serpenteando en el aire. Canek se desplazaba con seguridad bajo la tenue luz de la puesta de sol.
Tammy, a pesar de la incomodigdad de ser transportado como un preciado trofeo sobre el cuerpo escamoso y frío de la serpiente, no podía apartar la mirada del paisaje colosal que se desplegaba ante él. Árboles enormes de troncos nudosos, parecidos a una fusión entre acacias negras y los abetos de su mundo, se alzaban de forma exagerada, las raíces que emergían de la tierra se mostraban gruesas y agresivas como si buscaran atrapar a quienes osaran acercarse. Unas enormes lianas rojas colgaban de cada una de las ramas de los árboles retorciéndose sutilmente como si estuvieran vivas.
El camino era accidentado, repleto de rocas cubiertas de moho y desniveles traicioneros. Canek no tenía intención de dejarlo caminar.
Su femin no debía ensuciarse con la tierra de guerreros.
-¿Estás bien? -preguntó Canek, apartando con un golpe de su cola una liana que estuvo a punto de rozar la piel de su femin.
Tammy alzó la vista y se encontró con los ojos de su pareja: un par de esferas doradas y vibrantes. Con un aire de posesión.
-Estoy bien, aunque esto no es exactamente un paseo cómodo. ¿Por qué tiene que ser todo tan exagerado aquí?
Canek dejó escapar un siseo profundo, era una risa seca muy reptiliana.
-Estamos en las tierras de mi clan. Aquí no hay comodidades para los machos. Este lugar nos forma, además, de ser inaccesible para otros hombres bestias.
Tammy rodó los ojos, sin molestarse en ocultar su escepticismo. Las palabras de Canek le parecían exageradas.
-Por supuesto, entiendo perfectamente -murmuró con ironía, aunque sus dedos se deslizaron suavemente sobre las escamas de Canek, sintiendo la textura firme de su piel, tratando de consolar su pasado.
El gesto no pasó desapercibido para la serpiente, quien siseó con satisfacción.
El aire cambió de repente, ambos lo sintieron perfectamente.
El sonido de decenas de cuerpos desplazándose entre la maleza y el entrelazado de murmullos serpenteantes indicaban que se acercaban. Canek alzó la cabeza con orgullo cuando emergió en la cima de una colina empinada.
La visión que se extendía ante ellos era digna, casi majestuosa.
Bajo la tenue luz del ocaso, el gran valle de los ancestros se mostraba en toda su magnificencia. Árboles colosales rodeaban el lugar, con sus raíces formando plataformas naturales, que a los ojos de Tammy eran muy parecidos a los portales de muchas civilizaciones antiguas de su mundo. La tierra estaba húmeda, oscura y se hallaba cubierta por un musgo que destellaba levemente, reflejando la luz rojiza del atardecer como si pequeñas joyas estuvieran incrustadas en el suelo.
Y justo en el centro, la congregación de los machos serpientes.
Machos de todas las edades y tamaños estaban distribuidos en grandes círculos. Algunos permanecían en su forma de serpiente, cuerpos gigantescos enroscados entre sí en una demostración de jerarquía. Otros preferían la forma híbrida, con torsos humanos y colas escamosas de diferentes colores, dejando entrever su linaje. Había pocos en su forma completamente humana. En el clan, la forma reptil predominaba en esas reuniones. La pureza de la sangre se medía en el tamaño colosal de sus cuerpos reptiles.
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Entré accidentalmente al nido de la serpiente malvada
Любовные романыTammy un joven acostumbrado a la vida urbana y a las relaciones superficiales, despertó súbitamente; después de ser asesinado por su mejor amigo y primer amor, en un mundo salvaje y desconocido siendo cargado por una serpiente gigante. «¿Por qué es...