Por norma general, los machos no se entrometen en territorios ajenos. La ley no escrita de las bestias es clara: el dominio de un macho es sagrado, y solo una causa justificada puede cruzar esos límites. Sin embargo, existe una excepción que todos reconocen: cuando un femin está en cautiverio sin posibilidades de escapar por su cuenta, el instinto protector dicta que los clanes deben actuar.
Aunque los machos pueden reclamar territorio y recursos valiéndose de su fuerza, jamás deben dañar ni forzar a un femin a tomar un vínculo desigual. Esa es la regla primordial, un pilar de su sociedad que nadie, por más poderoso que sea, puede romper sin sufrir las consecuencias.
Es simple:
Nunca tomes a un femin en contra de su voluntad, y jamás infrinjas daño sobre este.Solo un par de días atrás, los territorios vecinos fueron sacudidos por una noticia inquietante: dos femins habían desaparecido. Uno pertenecía al clan de los zorros y el otro a la manada de lobos. La alarma se extendió rápidamente, y los líderes convocaron reuniones de emergencia para decidir cómo actuar.
En el corazón del bosque, Set, la pareja del líder del clan de los zorros, se dirigía a los machos reunidos con un tono de urgencia.
—Dos de nuestros hermanos femin han desaparecido —anunció, con los ojos encendidos de preocupación—. Salieron a recolectar cerca del Monte Fénix, pero no regresaron al anochecer, por más que hemos buscado no aparecen. Me temo que han sido… raptados.
La última palabra cayó como un trueno en medio del silencio.
Entre los machos, un murmullo de indignación comenzó a crecer. Raptar a un femin era un acto abominable, un desafío al equilibrio de los clanes.
—Esto no puede quedar así —gruñó un lobo de aspecto imponente desde el fondo del círculo.
Antes de que las emociones desbordaran la reunión, un zorro joven y ágil irrumpió en el lugar. Era Lassy, uno de los exploradores del clan. Su respiración entrecortada delataba que había corrido con urgencia.
—¡Mi líder! —jadeó, inclinándose profundamente ante Zamir, el líder zorro—. Sé dónde está uno de nuestros femins.
La atención de todos se centró en Lassy. El silencio se hizo absoluto, roto solo por el sonido de las hojas movidas por el viento.
—¿Dónde? —preguntó Zamir, su tono grave y autoritario.
—En el nacimiento del arroyo, mi señor. Lo vi desde lejos… parece que un macho lo tiene cautivo —respondió Lassy, su voz temblando de furia contenida.
Las palabras provocaron una reacción inmediata.
—¿El nacimiento del arroyo? —murmuró uno de los femins presentes, con un destello de preocupación en los ojos—. ¿No es ese el territorio de…?
No necesitó terminar la frase. Todos sabían quién dominaba ese lugar: Canek, la gran serpiente negra.
La amenaza de la serpiente negra.
Canek, un hombre bestia temido y respetado por igual. Su reputación lo precedía. Más fuerte, más astuto y más despiadado que cualquier otro macho, Canek no solo dominaba su territorio; lo protegía con un fervor casi irracional. Para él, todo lo que estuviera bajo su poder era suyo, y nadie se atrevía a desafiarlo sin prepararse para las consecuencias.Los rumores decían que Canek había capturado a un femin y lo mantenía en su guarida. Para los clanes, este acto era una provocación directa.
—No podemos ignorar esto —gruñó un lobo, sus ojos brillando con determinación—. Si esa serpiente tiene a uno de los nuestros, debemos traerlo de vuelta.
Zamir, el líder zorro, frunció el ceño. Sabía que enfrentarse a Canek no sería fácil, pero no había otra opción.
—Reúnan a todos los machos del clan de los zorros y de la manada de lobos —ordenó, su voz firme y decidida—. Vamos por nuestros femin.
El ambiente en la reunión se cargó de tensión. Los machos intercambiaron miradas llenas de determinación y rabia contenida. No era solo una cuestión de rescatar a los desaparecidos; era una cuestión de honor.Actualización 18/12/2024
¡Estoy tratando de corregir con rapidez la mayor cantidad de inconstancias!
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Entré accidentalmente al nido de la serpiente malvada
RomansaTammy un joven acostumbrado a la vida urbana y a las relaciones superficiales, despertó súbitamente; después de ser asesinado por su mejor amigo y primer amor, en un mundo salvaje y desconocido siendo cargado por una serpiente gigante. «¿Por qué es...