No te enamores.

1."Como te extrañaré, papi"

Frío, lluvia, una carretera campestre y solitaria con una lágrima rodando por mi mejilla. Lo extrañaré, como te extrañare, pero sabía que sería la mejor opción para ambos, el se dedicaría cien por ciento a su trabajo, sin preocupaciones y yo terminaría mi último año de secundaria. Camino a mi nuevo "hogar" -Si es que se le podría llamar así - comencé a recordar todos esos hermosos momentos que he pasado junto a mi padre, el Gran Joseph Jones, dueño de "Saturday's" un destacado restaurant que se sitúa en diferentes ciudades del país. A pesar que él trabajaba prácticamente todo el día , siempre tenía tiempo para mi, para escucharme, y eso era lo que más me importaba.Me aferraba a él como a ninguna otra persona. Extrañaría cada salida, cada risa y cada llanto junto a él, pero por otro lado estaba feliz por el gran giro que tendría mi vida, lugar nuevo, gente nueva, en fin , una vida nueva, quizás.

-Hey, ¡Cariño! despierta, llegamos -dijo mi padre tocando mi hombro.

Abrí mis ojos y pude ver un pequeño rayo de luz, la lluvia había acabado. Baje del auto y comencé a observar mi alrededor, era precioso, se podía apreciar el jardín delantero de aquel lugar, había una gran fuente de agua en el centro, un camino de cemento que lleva a la entrada principal y mucho pasto, el cual estaba muy bien cuidado, flores en la orilla del edificio y bastantes árboles situados en diferentes partes del jardín. Tomamos el camino de cemento y la voz de mi padre interrumpió mis pensamientos.

-Te extrañaré mucho hija, trataré de venir todos los sábados, para que demos un paseo y charlemos sobre tu semana -dijo con una sonrisa triste.

-Yo también te extrañare papá, no te pongas triste, sabes que es lo mejor para los dos, se que mi estadía aquí te dejará mucho más tranquilo, trabajarás más tranquilo y sin una hija que te moleste -reí.

-Jamás serías una molestia hijita, por supuesto que me dejará más tranquilo cariño, pero eso no quiere decir que no tenga que extrañarte. Pero no quería que estuvieras sola todo el día en casa, ahora que abrimos un nuevo local en la ciudad, no tendría tiempo para ti. Te llamaré todos los días para ver cómo te encuentras ¿Si? - dijo dándome un beso en la frente.

-Se que siempre has querido lo mejor para mí, me encantaría que me llames todos los días - dije alegre.

Llegando a la puerta principal, se encontraba un hombre de aproximadamente unos 65 años , vestido completamente de negro y muy elegante, se notaba que estaba esperándonos al costado de la entrada y al ver que nos acercábamos, se apresuró para abrir las puertas y darnos un cordial saludo.

-Buenas tardes, bienvenidos al instituto Saint Clarisse. Mi nombre es Gastón, el guardia del recinto, ¿en qué puedo ayudarlos? - dijo con una voz muy respetuosa.

-Buenas tardes -respondió mi padre sonriéndole. Vengo a dejar a mi hija , tienen que asignarle una habitación.

-¿Este es el primer año que viene aquí? -preguntó el hombre.

-Sí, realice la inscripción por internet, me enviaron un correo y me dijeron que el día que la dejara aquí, le asignarían su habitación y su horario de clases - respondió.

-Muy bien, síganme por aquí - señaló el pasillo y caminó delante de nosotros.

Era un pasillo gigante, en los costados se podían apreciar los casilleros de los alumnos, cada uno adornado de diferente manera, unos con flores, otros con corazones y otros simplemente sin nada. También se podían observar diferentes puertas, las cuales supongo que son las aulas. A mitad de camino había un pasillo más angosto hacia el lado derecho, en donde habían más puertas y los baños, quizás. Seguimos caminando detrás del hombre, ¡DIOS! el pasillo era eterno.