—No sé qué hacer para su cumpleaños número 18, ya es este 5, me gustaría prepararle una sorpresa en su casa, pero nunca sale de allí...—
—Calla, ahí viene...—
Delta se acercaba lentamente hacia su novia y su mejor amigo quienes estaban sentados en un banco de la cafetería de la escuela, ellos lo ven y le sonríen.
— ¿Qué pasa Delta? ¿Dónde has estado? — dijo Jayce, su mejor amigo.
—Sabes que no me gusta que me llamen Delta— respondió Delta, cuando estaba tomando asiento.
—No puedes ocultar tu nombre para siempre, Axel — dijo Elisse, su novia.
—Yo no me voy a hacer responsable del estúpido nombre que me haya puesto mi padre— replicó Delta.
— ¿Por qué insistes en odiar a tu padre si ni siquiera lo conociste? — preguntó Jayce.
—Jayce ¡ME ABANDONÓ CUANDO TENÍA 1 AÑO! ¿Cómo quieres que lo perdone? — gritó Delta alterado y levantándose de la silla.
—Ya, cálmate, olvida eso, sabes lo que sucede cada vez que te enojas— dijo Elisse mientras los miraba a ambos.
Delta toma asiento y apoya sus codos sobre la mesa.
— ¿Qué vas a hacer para tu cumpleaños? Ya es en 5 días— preguntó Jayce tranquilamente a Delta.
—Sabes que el peor día de mi vida es el de mi cumpleaños, nunca sucede nada bueno y siempre hay que llamar a los mata plagas, a la misma hora, ese mismo día— respondió Delta un tanto aburrido.
—Pero... esta vez puede ser diferente, puedes salir a comer conmigo o algo, siempre te quedas allá, hasta que termina el día— sugirió Elisse para animarlo.
—Es cierto, ese día nunca sales, creo que deberían ir a comer a un restaurante, no sé— aportó Jayce.
Delta mirando al horizonte reacciona al sonido del reloj y mientras se para de su asiento para retirarse dice:
—Tengo que cuidar a mi madre, debo irme—Mientras caminaba por las calles que lo dirigían a su casa, Delta empieza a sentir un intenso calor que quema su cuerpo, como si una lupa gigante estuviera postrada entre él y el intenso sol que hacía ese día, mira hacia todos lados y empieza a correr:
—Han llegado— dijo mientras buscaba un lugar vacío.
Al llegar a un callejón oscuro se empezó a iluminar, los ojos le empezaron a brillar intensamente, las palmas de sus manos eran intensamente luminosas y su cabello cambiaba de negro a blanco repentinamente.
—Rayos... Delta— susurraba una voz dentro de su cabeza mientras se hacía más y más y más pequeño.
Su luz destelló como un supernova, haciendo repentinamente casi 3 cuadras un 99% más brillante de lo normal solo por unos segundos mientras Delta terminaba su transformación en un Delta... 50 veces más pequeño de lo normal, casi del tamaño de un ratón. Ahí estaba el, tirado en el suelo enredado sobre su gigantesca ropa mirando sus diminutas manos, se decide parar y avanzar lo más que pueda hasta que el efecto pase, cuando avanza dos o tres pasos escucha el maullido de unos gatos sarnosos que se acercan lentamente a Delta, Delta lentamente le da la espalda a los gatos y sale corriendo increíblemente rápido; Los gatos como era de esperarse siguen el camino de Delta para intentar alcanzarlo. Dos o tres cuadras más adelante Delta cansado se detiene pensando que se ha escapado de los gatos, en eso los gatos lo rodean y se acercan lamiéndose su hocico, ágilmente él se escabulle entre sus patas y se entra por las alcantarillas cayendo fuertemente en el agua, librándose de los peligros que le traían sus asombrosos poderes.—Ya empezó— le dijo a su madre mientras ésta abría la puerta y lo veía desnudo y sucio.
Entró rápido a su casa, subió a su habitación y antes de siquiera ponerse ropa o algo se sentó en su cama, sacó una caja de aluminio de debajo de su cama, tomó una libreta y un lapicero que colgaba de ella, entonces escribió en la primera página: "Alfa – 01 Septiembre 2015 – Volverse pequeño.", en eso su madre entró a la habitación y velozmente al verlo desnudo cerró la puerta, se apoyó de ella y le dijo:
— ¿Con qué iniciaste?—
—Me encogí al tamaño de un ratón— respondió Delta en lo que se paraba de la cama y buscaba algo de ropa.
—Ya veo, ¿Qué te pasó entonces? ¿Por qué estás tan sucio?— preguntó su mamá.
—Unos gatos, pensaron que era un ratón; ya puedes entrar— respondió Delta.
—Ah, ya veo...— dijo su mamá quien entraba despacio a la habitación.
— Entonces ¿Aquí empezó esto?— preguntó Delta a su madre.
—Sí hijo, ya empezaste tu trayectoria para ser un defensor de la caja de pandora— respondió su madre.
— Vaya manera de empezar, ojalá no todos los poderes sean así de inútiles— dijo Delta.
—Créeme, te servirá de mucho a la hora de la guerra— respondió su madre
Su mamá se acerca a la puerta, la abre y grita:
—Alfa, Beta, Gamma... vengan a darle la bienvenida a su hermano, es el nuevo integrante del gremio de pandora—