➹ Cap. 33

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La luna llena se alzaba en el cielo, derramando su luz pálida sobre las antiguas lápidas que yacían en el cementerio de Nueva Orleans

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La luna llena se alzaba en el cielo, derramando su luz pálida sobre las antiguas lápidas que yacían en el cementerio de Nueva Orleans. La neblina se deslizaba entre los mausoleos como dedos espectrales, envolviendo las estatuas de ángeles desgastados por el tiempo. El aire olía a humedad y tierra removida, y el viento silbaba entre las grietas de las criptas, susurrando secretos de los muertos.

Davina Claire avanzaba con cautela, sus botas resonaban suavemente contra el suelo de piedra. Sentía la energía latente en el aire, una vibración sutil que erizaba su piel. Su pulso se aceleró. Algo estaba cerca, algo antiguo, algo poderoso.

Se detuvo frente a una tumba de mármol agrietado, sus dedos temblorosos rozaron la superficie fría. De pronto, un escalofrío recorrió su espalda. La brisa se detuvo por un instante, el silencio se hizo espeso, sofocante. Un crujido resonó a su derecha. Davina giró de golpe, su magia vibrando en sus venas, lista para defenderse.

Sabía que no estaba sola. Algo estaba a punto de suceder. Una figura emergió de las sombras, envuelta en una capa oscura. Sus ojos brillaban con un conocimiento ancestral y una frialdad inquebrantable.

─ ¿Quién eres? ─ preguntó Davina, sintiendo el poder de la bruja ante ella.

La mujer sonrió con calma.

─ Mi nombre es Esther Mikaelson, en otras palabras, la bruja original ─ le dijo.

El nombre retumbó en la mente de Davina como un eco de advertencia. La madre de los vampiros originales estaba allí, delante de ella.

─ Eso no es posible ─ respondió con firmeza, sus ojos centelleando con la energía de la Cosecha ─ Esther Mikaelson está muerta.

─ Lo estaba ─ concedió Esther ─ pero los Ancestros me han traído de vuelta. Tienen un propósito para mí, uno que estoy dispuesta a cumplir ─ le dijo.

El estómago de Davina se encogió. Sentía cómo la energía a su alrededor cambiaba, como si el propio cementerio contuviera la respiración ante la presencia de la bruja original. La luna proyectaba sombras alargadas sobre los mausoleos, y el aire se volvía denso, casi irrespirable.

─ Los Ancestros…  ─ susurró Davina, tratando de mantener su postura firme, pero su corazón latía con una fuerza traicionera. Su magia vibraba en sus venas, dispuesta a estallar si la situación lo exigía ─ no confío en ellos. No confío en ti.

Esther inclinó la cabeza, observándola con una paciencia inquietante. Sus ojos oscuros brillaban con algo más que simple sabiduría: había determinación, había fe.

─ Lo entiendo, has sido una niña rechazada y utilizada por poderes más grandes que tú ─ su voz era suave, casi maternal, pero con un filo afilado oculto en cada palabra ─ pero no estoy aquí para hacerte daño, Davina. Estoy aquí para salvarte ─ aseguró.

La bruja apretó los puños, sintiendo el fuego recorrer sus brazos. El viento se arremolinó a su alrededor, levantando mechones de su cabello oscuro.

─ No necesito ser salvada.

𝐑𝐄𝐕𝐈𝐕𝐀𝐋 ── the vampire diaries » the originals [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora