Art y Dana

El lago

Art se encontraba descendiendo en las profundidades del lago, luchando por salir y por su mente pasaban un montón de preguntas (¿que hacía ahí? ¿cómo había logrado caer tanto?), pero eso no tenía importancia ahora, él debía salir como sea, pero por más que lo intentaba le resultaba imposible, su ropa le pesaba, cerró sus ojos ya casi no sentía sus extremidades y las preguntas seguían (¿y si no lograba salir? ¿alguien se daría cuenta? ¿y si mejor se rendía? a nadie le importaría, tardarían meses incluso años en darse cuenta) pero de pronto recordó una promesa que le había hecho a la chica que amaba, con gran dificultad se deshizo de su abrigo que llevaba puesto y con un último esfuerzo logró llegar a la superficie, estaba agotado y aún faltaba legar a la orilla, tomó un bocanada de aire y nadó lo más rápido que pudo hasta llegar a la orilla.
 cayó de bruces contra la arena y rodó hasta estar boca arriba, ya casi era de noche y estaba muy lejos de casa.

Art se levantó y hecho a correr por el bosque aún le pasaba todo aun habiendo recobrado la movilidad de sus extremidades, en un intento desesperado de correr más rápido, tropezó con unas ramas de un gran roble, preso de su frustración golpeo el suelo, se incorporó, quitó sus botas y hecho a correr de nuevo, aún no sabía a donde se dirigía pero confiaba en su sentido de la orientación.

pasaba y pasa arboles, sus pies sangraban pero sentía que estaba cerca, cada vez más cerca -un poco más- se decía a él mismo -ya debo estar cerca- ahora las preguntas seguían llegando a él, ¿como carajo llegué a ese lago?, ¿acaso habría querido suicidarse? 

después de pasar un claro hacía unos 150 metros, vio un gran pino que dejaba ver una linea de asfalto y Art supo que la volvería a ver, que todo estaría bien, y tras estar desesperado, sin esperanza y algo frustrado sintió un poco paz, se había acercado lo bastante a al pino para ver la carretera, ya faltaba poco y antes de tocar el asfalto volteó a ver el cielo iluminado por esa infinidad de estrellas y una enorme y hermosa luna, así era ella hermosa en todo su esplendor, alcanzó a ver una luz que se acercaba a toda velocidad por la izquierda, el automóvil golpeo a Art en el costado y él se descubrió volando, libre de toda preocupación, de toda infelicidad que hubiera habido antes, libre de todo, ahora todo era más brillante de lo normal, y supo que no la volvería a ver, no esa noche y lo único que logro ver fue su rostro plasmado en el cielo estrellado... y Art cayó inerte en el frío y duro asfalto...